La idea de una futurista sonda espacial interestelar

Las nuevas tecnologías y el creciente número de exoplanetas descubiertos están impulsando una nueva visión a los planes de sondas interestelares futuristas al espacio profundo.

Concepto artístico de la nave espacial Dédalo no piloteada.
Un equipo ha formado el Proyecto Ícaro (Project Icarus), una iniciativa internacional de los Estados Unidos, con sede en la Fundación Tau Cero en colaboración con la Sociedad Interplanetaria Británica (British Interplanetary Society, BIS).

El grupo de multi-talento está profundizando en todo lo que hay disponible para desarrollar diseños para naves espaciales interestelares, desde fusión de confinamiento inercial a revisar las últimas novedades en nanotecnología, informática y electrónica, así como identificar estrellas objetivo de destino.

Hoy, el Proyecto Ícaro retoma una aproximación de nave estelar respaldada por BIS llamada como Dédalo (Daedalus), que se hizo a finales de la década de 1970.

"El estudio del diseño teórico de ingeniería del Proyecto Dédalo tuvo lugar hace más de tres décadas. En este tiempo se han producido muchos avances en ciencia y tecnología", dice Kelvin Long, diseñador de Ícaro.

"Hay una necesidad de matener el interés y la capacidad de diseñar sondas interestelares", dice Long a Space.com. "Con muchos de los líderes históricos en este campo ahora retirados o fallecidos, el grupo de estudio del Proyecto Ícaro quiere tomar el relevo y mantener viva la visión a largo plazo de que el viaje a las estrellas algún día será posible. Esta es una de las razones por las cuales más de la mitad del equipo ha terminado hace relativamente poco tiempo sus estudios universitarios".

Diseñar una sonda espacial no pilotada del Proyecto Ícaro requiere el tiempo y la energía de unos 20 diseñadores voluntarios. Encargarse de que el viaje interestelar en el siglo XXI dé un vuelco se estima que consume unas 30.000 horas de esfuerzo de hombres y mujeres, con la entrega del informe del estudio final prevista para 2014.

Muchos de los participantes en el Proyecto Dédalo original están proporcionando una guía.

Se ha dicho que el Proyecto Ícaro es un ejercicio de ingeniería teórica llevado al extremo. El Proyecto Ícaro, comenta, echará un nuevo vistazo a varias suposiciones y sistemas de Dédalo. Además, un objetivo principal de la iniciativa es continuar inspirando a la próxima generación.

"Ícaro puede no ser el borrador de cómo alcanzaremos las primeras estrellas, pero se espera que sea una contribución importante para este objetivo a largo plazo. Otro propósito del Proyecto Ícaro es recordar a los planificadores de misiones de las agencias espaciales que deben estar abiertos a ideas", comenta.

El impulso intelectual tras el Proyecto Ícaro medirá la madurez tecnológica de, por ejemplo, los esquemas de propulsión basados en la fusión. Las piedras angulares tecnológicas tienen que estar identificadas. Para abreviar, una guía a largo plazo hacia las estrellas es algo que está en la lista de tareas pendientes del grupo para hacer que tal misión sea posible.

"Eso proporcionaría una estimación del momento en que podría lanzarse tal misión. Éste puede ser en la segunda mitad de este siglo, o en algún punto del siglo XXII o incluso más tarde", señala Long.

Boceto de un cohete propulsado por antimateria, desarrollado 
por el Centro Marshall de Vuelos Espaciales de la NASA.
El Proyecto Dédalo es un esfuerzo de hace décadas que propuso la extracción de Helio-3 (He3) del gigante gaseoso Júpiter el cual necesitaba de una masiva infraestructura espacial.

Avanzar hasta hoy significa que el grupo del Proyecto Ícaro reevaluará esta táctica de adquisición de combustible y considerará otras alternativas, tales como extraer el He3 de la Luna o exhumar deuterio de objetos de la Nube de Oort. Además, la supuesta combinación de propelentes de Dédalo de deuterio y He3 también se reexaminará, así como los esquemas de motor de implosión.

Long dice que la opción para el proyecto de propulsión principalmente basada en la fusión se realizó debido a que se cree que es uno de los candidatos más sólidos a cómo se realizarán las futuras misiones estelares de aquí a las próximas décadas... o siglos.

"Hay otras propuestas que son creíbles, como velas solares… pero la fusión ofrece ciertamente el rendimiento requerido para una misión interestelar, siempre que puedas hacer que la tecnología funcione", señala Long. El Proyecto Ícaro tiene como objetivo basarse en el primer trabajo del Proyecto Dédalo, refinando el diseño con el conocimiento actualizado en ciencia y tecnología, dice.

"Principalmente, tenemos unos treinta años de nuevos datos sobre fusión experimental, y por tanto una comprensión más profunda del proceso", dice Richard Obousy, jefe de propulsión primaria del grupo de estudio. Posiblemente uno de los avances más emocionantes, dice, sea la sugerencia de la propia antimateria, que en cantidades muy pequeñas, podría ser un catalizador para la ignición de la fusión.

"Todas estas tecnologías podrían ciertamente optimizar el diseño original de Dédalo, lo que significa menos masa para los sistemas de propulsión y más posibilidades para la carga útil. Esperamos que nuestro estudio dé como resultado un diseño más rápido y menos masivo", comenta Obousy.

Teniendo en cuenta la distancia entre el Sistema Solar y otros sistemas estelares, la transmisión de datos a larga distancia de la sonda Ícaro es un tema complejo.

De acuerdo con el jefe de comuniaciónes del equipo, Pat Galea, el rango de soluciones pasa por examinar desde el potencial de potentes lásers a una emisión de datos hacia la Tierra mediante un mecanismo más exótico -aunque más plausible- como es usar el Sol como una lente gravitatoria para enfocar las lejanas transmisiones una nave receptora en el espacio profundo.

"Nuestro objetivo es dar una solución técnicamente creíble para Ícaro", añade Galea, "por lo que hay que construir muchos modelos y realizar muchos cálculos antes de que podamos decidir la solución óptima".

Con la continua aparición de exoplanetas, y muchos más por venir, ¿cuál es el objetivo más adecuado para la primera misión de una sonda interestelar?

Long responde que Epsilon Eridani, a 10,7 años-luz de distancia, es un buen candidato ya que las observaciones infrarrojas han detectado anillos de polvo que sugieren la existencia de un sistema planetario.

Una misión 'a vela' impulsada por antimateria.
"Idealmente, nos gustaría identificar mundos similares a la Tierra en la zona habitable y éste es un programa de investigación en curso dentro de la comunidad astronómica", señala Long. "No obstante, la elección debe ser equilibrada entre las restricciones de diseño de ingeniería y lo que es posible de forma realista para una misión en 100 años, uno de los requisitos del Proyecto Ícaro".

"Es cuestión de tiempo que un trabajo sistemático evalúe qué grandes avances se han realizado desde Dédalo para hacer más fácil el vuelo interestelar…y re-comprobar dónde estamos hoy… y qué necesitamos para hacer progresos", dice Marc Millis, Presidente de la Fundación Tau Cero con sede en Fairview Park, Ohio.

Millis es consultor de Ícaro y antiguo jefe de proyecto del Proyecto de Física para Avances en Propulsión de la NASA en el Centro de Investigación Glenn de la agencia en Cleveland, Ohio.

"Considera lo que sucederá cuando se descubra el primer planeta similar a la Tierra. No podemos llegar a tal lugar con la ciencia y tecnología actual. Ese descubrimiento espoleará un renovado espíritu de aventura que empujará los límites del conocimiento para crear tales capacidades de transporte", dice Millis. "Y aquí es donde mi grupo y yo estamos… mirando más allá de los pasos obvios para los enormes logros que cambiarán todo… y hay que tener paciencia para aprender las lecciones durante el camino".

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