Chorros de plasma súper caliente aumentan la temperatura de la corona solar

Imagen del Sol en ultravioleta extremo tomada por SDO
Imagen del Sol en ultravioleta extremo tomada por SDO. Los
colores representan diferentes temperaturas del gas: ~800.000
Kelvin (azul), ~1.300.000 K (verde), y ~2.000.000 K (rojo).
Crédito: Bart De Pontieu

El misterio de la corona del Sol puede ser finalmente resuelto. Durante años, los investigadores han sabido que -sorprendentemente- la atmósfera exterior del Sol, o corona, es considerablemente más caliente que su superficie. Pero ahora, utilizando los poderes visuales combinados del Observatorio de Dinámica Solar (SDO) de la NASA y el satélite Hinode de Japón, los científicos han hecho observaciones directas de los chorros de plasma que salen disparados desde la superficie del Sol, calentando la corona a millones de grados. La existencia de estos pequeños y delgados chorros de plasma, llamados espículas, han sido conocidos desde hace mucho tiempo, pero nunca antes habían sido estudiados directamente y se pensaba que eran demasiado fríos para tener algún efecto importante de calentamiento. Pero una buena observación con nuevos ojos revela una nueva clase de espícula que traslada energía desde el interior del Sol para crear su caliente atmósfera exterior.

"El calentamiento de las espículas a millones de grados nunca había sido observado directamente, por lo que su papel en el calentamiento coronal había sido desestimado como poco probable", dice Bart De Pontieu, el autor principal y un físico solar en LMSAL.

Ian O'Neill, físico solar y uno de los primeros escritores en Universe Today, comparó la anomalía de la atmósfera del Sol al ser más caliente que la superficie, como si el aire alrededor de una ampolleta fuese un par de magnitudes más caliente que la superficie misma de la ampolleta. Además, dijo, uno quiere saber por qué parece que la atmósfera del Sol está rompiendo todas las leyes de la termodinámica.

A través de los años, los expertos han propuesto una variedad de teorías, y como De Pontieu dijo, la teoría de espículas fue desechada cuando se encontró que las espículas no alcanzan temperaturas coronales.

Pero en 2007, De Pontieu y un grupo de investigadores identificaron una nueva clase de espículas que se mueven mucho más rápido y tienen vida más corta que las espículas tradicionales. Estas espículas "Tipo II" se levantan a altas velocidades, a menudo excediendo los 100 kilómetros por segundo antes de desaparecer. La rápida desaparición de estos chorros sugiere que el plasma que ellos transportan podría alcanzar temperaturas muy altas, pero la evidencia observacional directa de este proceso era pasada por alto.

Las cosas cambiaron con la llegada de SDO y su instrumento Atmospheric Imaging Assembly, lanzados en febrero de 2010, junto con el instrumento SOT de la NASA a bordo del satélite japonés Hinode.

"La alta resolución espacial y temporal de los nuevos instrumentos fue crucial revelando este suministro de masa coronal previamente oculto", dijo Scott McIntosh, físico solar en el Observatorio de Gran Altitud de NCAR. "Nuestras observaciones revelan, por primera vez, la conexión directa entre el plasma que es calentado a millones de grados Kelvin y las espículas que insertan este plasma en la corona".

Fotografía de espículas solares tomadas por SDO
Espículas solares captadas por SDO. Crédito: NASA
Las espículas son aceleradas hacia la corona solar en chorros a velocidades de aproximadamente 50 a 100 kilómetros por segundo. El equipo de investigación dice que la mayor parte del plasma es calentado a temperaturas entre 0,02 y 0,1 milliones de Kelvin, mientras una pequeña fracción es calentada a temperaturas sobre un millón de Kelvin.

Una etapa clave en el entendimiento del Sol, según De Pontieu, será la mejor comprensión de la región de interrelación entre la superficie visible del Sol, o fotosfera, y su corona. Otra misión de la NASA, IRIS (Interface Region Imaging Spectrograph), está programada para ser lanzada en 2012. IRIS proporcionará datos de alta fidelidad sobre los complejos procesos y los enormes contrastes de densidad, temperatura, y campo magnétco entre la fotosfera y la corona. Los investigadores esperan que ésto revele más acerca del calentamiento de las espículas y los mecanismos de activación.

Esta investigación apareció en la edición del 7 de enero de la revista Science.

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