¿Un "cometa de roca" genera las Gemínidas?

Fotografía de la lluvia de meteoros de las Gemínidas

Muchas de las lluvias de meteoros anuales proceden de cuerpos identificados. Por ejemplo, las Perseidas son restos del cometa Swift-Tuttle y las Leónidas del Tempel-Tuttle. Los cuerpos progenitores más conocidos son cometas activos, pero una excepción es la lluvia de meteoritos de las Gemínidas, cuyo máximo se produce a mediados de diciembre. El padre de esta lluvia es 3200 Phaethon. Las observaciones de este objeto han demostrado una inactividad en su vinculación tanto de cometas muertos como de asteroides. Pero el 20 de junio de 2009, poco después de su perihelio, 3200 Phaethon brillaba por sobre dos magnitudes, lo que indica que este objeto no puede estar tan muerto como anteriormente se consideraba. Un nuevo trabajo considera las causas del brillo y llega a la conclusión de que podría ser un nuevo mecanismo que conduce a lo que los autores consideran un "cometa de roca".

David Jewett y Jing Li de UCLA, los autores de este nuevo estudio, consideraron varias causas potenciales. Debido al tamaño de 3200 Phaethon, sugieren que una colisión es poco probable. Una pista sobre la razón del repentino cambio en el brillo tiene una estrecha relación con la corona solar. Dado un viento solar de velocidad típica y la distancia de 3200 Phaethon en el momento, esto pondría al progenitor de las Gemínidas justo en el rango adecuado para sentir su incremento. Sin embargo, los autores concluyen que esto no puede ser el responsable directo de impartir suficiente energía en la superficie del objeto para hacer que brille, debido a que el flujo de viento solar es insuficiente a esa distancia.

En cambio, Jewett y Li consideran explicaciones más indirectas. Debido a la temperatura de 3200 Phaethon durante el perihelio (0,14 UA) la presencia de hielos y otros gases volátiles congelados y la consiguiente explosión como sucede a menudo en los cometas fue descartado ya que hubieran sido agotados en órbitas anteriores. Sin embargo, el golpe de un viento solar más fuerte pudo haber sido suficiente para soplar las partículas de polvo débilmente unidas al objeto. Si bien este escenario es convincente, los autores señalan que la cantidad de masa perdida, si este fuera el caso, sería un insignificante 2,5 x 108 kg. Aunque es posible que esta pueda haber sido la causa de este único brillo, tal cantidad de pérdida de masa para la corriente de partículas responsable de la lluvia Gemínidas no sería suficiente para mantener el flujo, y pérdidas similares se producirían aproximadamente 10 veces por cada órbita del cuerpo. Como esto no se ha observado, es poco probable que este evento esté vinculado a la producción de los meteoros. Además, es algo poco probable que incluso pueda ser el caso para este único evento desde que se comenzó a agotar el depósito de polvo disponible hasta que el cuerpo se quedara con una superficie desnuda. A diferencia de los cometas activos que continuamente liberan polvo que expulsan a través de la sublimación del hielo, 3200 Phaethon no experimenta dicho proceso. ¿O sí?

La novedosa propuesta es que este objeto puede tener un inusual mecanismo mediante el que continuamente genera y libera partículas de polvo del tamaño de las Gemínidas. Los autores proponen que el calentamiento durante el perihelio causa que porciones de la roca se separen. Este proceso es mucho mayor si la roca tiene moléculas de agua, y experimentos de laboratorio han demostrado que esto puede conducir a una violenta fractura. Este proceso, si está presente, podría conducir fácilmente a la producción de nuevas partículas de polvo que son liberadas durante su aproximación al Sol. Esto convertiría a este objeto en un "cometa de roca" en que las propiedades de la eyección de polvo de un cometa a través de los gases serían llevadas a cabo por las rocas.

Para confirmar esta hipótesis, serán necesarias observaciones futuras para detectar su posterior brillo en el perihelio. Del mismo modo, es de esperar que tal proceso pueda crear una débil cola cometaria con sólo un componente de polvo que pueda ser visible y -aunque no se haya detectado hasta el momento, a pesar de los estudios en busca de colas de cometas- que aclare algunas dudas sobre este proceso.

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