Hubble estudia el sitio del misterioso destello y el cinturón desaparecido en Júpiter

Nuevas y detalladas observaciones del Telescopio Espacial Hubble de han proporcionado una visión de dos recientes eventos en Júpiter: el misterioso destello de luz visto el 3 de junio y la reciente desaparición del oscuro Cinturón Ecuatorial del Sur del planeta.

Esta fotografía en color natural fue tomada en luz visible
con el instrumento WFC3 a bordo del telescopio Hubble.
A las 22:31 (CEST) del 3 de junio de 2010 el astrónomo aficionado australiano Anthony Wesley vio un destello de dos segundos de duración en el disco de Júpiter. Estaba observando una imagen de video emitida desde su telescopio. En Filipinas, el astrónomo aficionado Chris Go confirmó que había registrado simultáneamente el evento transitorio en video. Wesley fue el descubridor del ahora mundialmente famoso impacto de julio de 2009.

Astrónomos de todo el mundo sospecharon que algo significativo debía estar pasando en el planeta gigante para liberar un destello de energía lo bastante brillante para verse en la Tierra, a 770 millones de kilómetros de distancia. Pero no sabían cómo de grande era o qué tan profundamente había penetrado en la atmósfera. En las últimas dos semanas, ha habido búsquedas en marcha a la caza de patrón de "ojo negro" de un impacto directo y profundo como los que dejaron anteriores impactos.

La aguda visión y sensibilidad ultravioleta de la Cámara de Gran Angular 3 (Wide Field Camera 3, WFC3) a bordo del Telescopio Espacial Hubble de NASA/ESA se usó para buscar cualquier traza de las repercusiones de las colisiones cósmicas. Las imágenes tomadas el 7 de junio -apenas tres días después del avistamiento del destello- no muestran signos de escombros en las nubes altas de Júpiter. Esto significa que el objeto no descendió por debajo de las nubes y estalló como una bola de fuego. De haberlo hecho, entonces los oscuros restos de escombros habrían sido expulsados y habrían llovido sobre las nubes.

En lugar de esto, se cree que el destello procede de un meteoro gigante que ardió muy por encima de las nubes altas de Júpiter, el cual no penetró lo suficiente en la atmósfera para estallar y dejar una reveladora nube de escombros, como se vio en colisiones previas con Júpiter.

"Las nubes altas y el lugar de impacto habrían aparecido oscuros en imágenes visibles y ultravioletas debido a los escombros de la explosión", dice la miembro del equipo Heidi Hammel del Instituto de Ciencia Espacial en Boulder, Colorado, Estados Unidos. "No podemos ver ningún rasgo que tenga esas características distintivas en las proximidades conocidas del impacto, lo que sugiere que no hubo una gran explosión ni una 'bola de fuego'".

Manchas oscuras salpicaron la atmósfera de Júpiter cuando una serie de fragmentos del cometa Shoemaker-Levy 9 impactaron en Júpiter en julio de 1994. Un fenómeno similar tuvo lugar en 2009 cuando se sospecha que un asteroide impactó con Júpiter. El último intruso se estima que tuvo sólo una fracción del tamaño de estos impactadores anteriores y se piensa que fue un meteoro.

"Las observaciones de estos impactos proporcionan una ventana al pasado, a los procesos que molderaron nuestro Sistema Solar en los inicios de su historia", dice el miembro del equipo Leigh Fletcher de la Universidad de Oxford en el Reino Unido. "Al comparar las dos colisiones -de 2009 y 2010- se espera que de pistas sobre los procesos de tipos de impacto en el Sistema Solar exterior, y los procesos físicos y químicos de la atmósfera de Júpiter en respuesta a estos asombrosos eventos".

Como beneficio adicional, las observaciones de Hubble también permitieron a los científicos lograr una visión en primer plano de los cambios en la atmósfera de Júpiter tras la desaparición de la nube oscura conocida como Cinturón Ecuatorial Sur hace siete meses.

En la visión de Hubble, una capa de altitud ligeramente superior con cristales blancos de amoniaco parecen tapar las nubes del cinturón más oscuras y profundas. "La predicción climática para el Cinturón Ecuatorial Sur de Júpiter: nuboso con posibilidades de lluvias de amoniaco", dice Hammel.

El equipo predice que estas nubes de amoniaco deberían limpiarse en unos meses, como ha sucedido en el pasado. La eliminación de la capa de nubes de amoniaco debería empezar con un número de manchas oscuras como las vistas por Hubble a lo largo del límite de la zona tropical sur.

"Las imágenes de Hubble nos dicen que estas manchas son agujeros resultantes de flujos localizados hacia abajo. A menudo vemos estos tipos de agujeros cuando va a tener lugar un cambio", dice Simon-Miller.

"El Cinturón Ecuatorial Sur se apagó por última vez a principios de la década de 1970. No hemos sido capaces de estudiar este fenómeno antes con este nivel de detalle", añade Simon-Miller. "Los cambios de los últimos años están añadiéndose a una extraordinaria base de datos de drásticos cambios de las nubes en Júpiter".

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