La enorme región de formación estelar BYF73 vista en el infrarrojo cercano a una longitud de onda de 2,25 micrómetros. |
Los astrónomos tienen una buena idea de cómo se forman las estrellas como el Sol a partir de nubes de gas y polvo, pero se desconoce en gran medida cómo se forman las estrellas más pesadas.
"Las estrellas masivas son raras, formando apenas un bajo porcentaje de todas las estrellas, y sólo se forman de manera significativa cuando colapsan nubes de gas realmente masivas, creando cientos de estrellas de distintas masas", dice el Dr. Peter Barnes de la Universidad de Florida. "Las nubes de gas menores no es probable que formen grandes estrellas".
De acuerdo con esto, las regiones del espacio que parecen estar formando estrellas masivas también son raras. La mayor parte están a mucho más de 1.000 años-luz de distancia, haciendo que sea difícil observarlas.
Usando el radiotelescopio Mopra de CSIRO -un plato de 22 metros cerca de Coonabarabran- el equipo de investigación descubrió que la nube masiva formada en gran parte por gas de hidrógeno y polvo, de tres o más años-luz de diámetro, está colapsando sobre sí misma y probablemente formará un enorme cúmulo de estrellas. El descubrimiento se realizó durante un estudio de más de 200 nubes de gas.
BYF73 está aproximadamente a 8.000 años-luz de distancia, en la constelación de Carina (la quilla) en el cielo austral. "Las pruebas del colapso del gas proceden de la detección de los radiotelescopios de dos tipos de moléculas en la nube (HCO+ y H13CO+). Las líneas espectrales de las moléculas de HCO+ en particular mostraron que el gas tenía el patrón de velocidad y temperatura que indicaba un colapso.
Las observaciones del telescopio CSIRO se confirmaron mediante observaciones con el Experimento de Telescopio Submilimétrico de Atacama (Atacama Submillimeter Telescope Experiment, ASTE) en Chile. El equipo de investigación calcula que el gas colapsa a un ritmo de aproximadamente el 3% de la masa del Sol cada año, uno de los mayores conocidos.
Observaciones infrarrojas posteriores realizadas con el Telescopio Anglo-Australiano de 3,9 metros (también cerca de Coonabarabran) mostraron signos de estrellas jóvenes masivas que ya se habían formado en el centro del cúmulo de gas, y nuevas estrellas en formación.
La formación estelar en la nube también era evidente en los datos de archivo procedentes de Spitzer y la nave MSX, que observaron en el infrarrojo medio.
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