Los primeros resultados de Herschel

El telescopio espacial europeo Herschel, que lleva dos meses activo, ya ha logrado su primer gran hallazgo: ha conseguido observar objetos de hace cerca de 11.000 millones de años en el Universo, tan sólo 2.000 millones de años después de que se produjera del Big Bang.


Se trata de un lugar en el Cosmos, que constituye el llamado "fondo cósmico de radiación", en el que ha logrado 'ver' millones de galaxias individuales que son invisibles con telescopios ópticos y que se han descubierto gracias a la gran sensibilidad de Herschel para captar longitudes de ondas en infrarrojo muy grandes, es decir, objetos muy alejados y muy fríos.

Estos primeros resultados de este satélite de la Agencia Espacial Europea (ESA) han sido presentados en la sede de ESAC en España, en Villafranca del Castillo. "Herschel permite tener una nueva imagen del Universo porque ve cosas que nunca antes se habían observado", destacaba el director científico del proyecto, Göran Pilbratt.

Precisamente, uno de los objetivos del telescopio era averiguar cómo se produjo la formación de estrellas y galaxias. "Sus posibilidades son tremendas porque en sólo dos meses ha logrado ver miles de protogalaxias que son invisibles en óptico y que se estaban formando en los comienzos del Universo", destaca el astronómo de la ESA Pedro García Lario.

No es lo único que ha conseguido Herschel. Dentro del Sistema Solar ha logrado observar el Makemake, un objeto que se califica entre un cometa y un planeta y está 50 veces más lejos del Sol que la Tierra y sólo tienen 1.500 kilómetros de diámetro. Su existencia se conoce desde 2005, pero ahora el telescopio europeo ha detectado su calor, no el que refleja del Sol, y ello permitirá conocer su composición química.

Además, también en el Sistema Solar, ha detectado moléculas de agua en el cometa Garrad cuando se encuentra a gran distancia del Sol. Según los expertos, ello es de gran importancia para conocer la composicion de los cometas antes de acercarse a las estrellas y ayudar a responder cuestiones como la de si el agua llegó a la Tierra por el impacto de uno de ellos.

En la Vía Láctea, pero ya fuera del Sistema Solar, Herschel ha logrado observar en una región una 'fábrica de estrellas', el lugar en el que se van formando. En concreto, ha visto unas 700 estrellas de nueva formación en unos filamentos de polvo y gas de la constelación del Águila, que se puede ver en la imagen de arriba.

La primera imagen del interior de esa nube fue tomada el 24 de octubre de 2009 usando dos de los instrumentos de Herschel: el espectrómetro con cámara PACS y el receptor espectral y el fotómetro SPIRE. En la foto se ven dos regiones brillantes que son las áreas con estrellas recién nacidas. En total se ven unas 700 condensaciones de polvo y gas, que serán estrellas. Un centenar ya estarían a punto de serlo.

La nube forma parte del llamado Cinturón de Gould, un anillo gigante de estrellas que fue descubierto a mediados del siglo XIX por el inglés John Herschel, hijo de William Herschel, en honor de quien fue bautizado el telescopio de la ESA. El cinturón suministra esrellas brillantes a muchas constelaciones como Orión o Escorpio. Durante cientos años, los astrónomos han tratado de averiguar el origen de este anillo de la Vía Látea. "Ahora, Herschel ha visto como si fueran los embriones de las estrellas y su material de formáción", apunta García Lario. La formación de estas 'guarderías estelares' es un programa clave para Herschel, cuyo objetivo es descubrir cómo y dónde se forman las estrellas.

Las mejores imágenes del Herschel estarán a disposición del público en una web especial de la ESA, llamada OSHI (Online Showcase of Herschel Images).

Unos primeros resultados realmente prometedores, tomando en cuenta que el nuevo telescopio espacial lleva sólo dos meses en funcionamiento y labores científicas.

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