Ilustración artística de un planeta frío, cubierto por el hielo. Crédito: Chris Butler/Photo Researchers Inc. |
Una de las sorpresas que llegan de este trabajo es que los planetas son regularmente expulsados de estos sistemas mediante un efecto de sobreaceleración. A través de algunos cálculos, este destino puede ser lo que depare a algunos planetas en nuestro propio sistema solar.
Una pregunta interesante es si estos llamados "planetas vagabundos" podrían dar soporte a la vida en los oscuros y fríos confines del espacio interestelar.
Ahora, Dorian Abbot y Eric Switzer de la Universidad de Chicago nos dan una respuesta. El criterio generalmente aceptado para la vida es la presencia de agua líquida. Calculan que un planeta vagabundo similar a la Tierra podría dar soporte a océanos líquidos si el agua fuese calentada desde debajo por el núcleo del planeta y aislado por encima por una gruesa capa de hielo.
Su razonamiento es sencillo. Definen un planeta similar a la Tierra como aquel que tiene unas dimensiones dentro de un orden de magnitud de la Tierra y una composición similar. Luego, calculan el flujo de calor desde el núcleo y sugieren que el grosor de la capa de hielo superior alcanzaría un estado estacionario en aproximadamente un millón de años. Eso es mucho menor que el tiempo de vida de un núcleo caliente.
Observa que es algo distinto del mecanismo que mantiene líquido el océano subglacial de Europa. Aquí, las fuerzas de marea desempeñan un papel importante y esto genera calor dentro del propio océano. Por el contrario, todo el calor debe proceder del núcleo en un planeta vagabundo y viajar a través del océano.
Una incógnita desconocida es el papel que desempeñan la convección y conducción en las regiones menos viscosas del hielo. Dado que la convección transporta el calor mucho más rápido que la conducción, éste es un factor importante y podría, potencialmente, marcar la diferencia entre la existencia de océanos líquidos o hielo sólido.
Pero mediante unas suposiciones razonables, Abbot y Switzer dicen que un planeta de apenas 3,5 veces la masa de la Tierra podría mantener un océano líquido. Aún más sorprendente es la conclusión de que un planeta con una mayor fracción de agua, sólo necesitaría tener 0,3 veces el tamaño de la Tierra para poseer un océano líquido. Eso es más pequeño que Venus, pero mayor que Marte.
Llaman a este tipo de cuerpo un planeta Steppenwolf, "ya que cualquier vida en este extraño hábitat sería similar a la de un lobo solitario vagando por la estepa galáctica". No es difícil imaginar la posibilidad de que la vida evolucione alrededor de fumarolas hidrotermales antes de la expulsión del planeta, o incluso después.
Estos son cálculos apasionantes. Los planetas Steppenwolf proporcionarían una forma de que la vida se dispersara a través de la galaxia. Y si cualquiera de ellos está a menos de 1.000 UA de nuestro sol, la luz estelar reflejada debería hacerlos visibles en el infrarrojo lejano para la próxima generación de telescopios.
Esto plantea una interesante idea: la posibilidad de visitar un lugar así. Cualquiera que pase cerca sería ciertamente más fácil de alcanzar que aquellos planetas que orbitan otras estrellas.
Es hora de coger los binoculares y comenzar a buscar.
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