La caliente atmósfera de Venus podría enfriar el interior del planeta

Los científicos encontraron que en un momento dado de la historia de Venus, las altas temperaturas provocaron un movimiento parcial de la corteza, dando lugar a un eficiente enfriamiento del manto.

Perspectiva 3D del volcán venusiano Maat Mons generado a partir de los datos de radar de la misión Magellan de la NASA
El calor en la atmósfera de Venus, inducido por un fuerte efecto invernadero, en realidad podría tener un efecto de enfriamiento en el interior del planeta. Esta teoría contraria a la intuición se basa en los cálculos de un nuevo modelo presentado en el Congreso Europeo de Ciencia Planetaria, en Roma, Italia, el 21 de septiembre.

"Desde hace algunas décadas, hemos sabido que la gran cantidad de gases de efecto invernadero en la atmósfera de Venus causa el calor extremo que se observa en la actualidad", dijo Lena Noack desde el Centro Aeroespacial Alemán en Berlín.

"El dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero que son responsables de las altas temperaturas han sido enviados al ambiente por miles de volcanes en el pasado", dijo Noack. "El calor permanente -hoy se miden casi 470 °C a nivel global en Venus- podría haber sido incluso mucho mayor en el pasado y, en un ciclo fuera de control, llevó a un vulcanismo aún mayor, pero en cierto punto, este proceso se invirtió. Las altas temperaturas provocaron un movimiento parcial de la corteza venusiana, lo que condujo a un enfriamiento eficiente del manto, y la actividad volcánica disminuyó fuertemente. Esto dio lugar a bajas temperaturas en la superficie, y no comparables a la temperatura de hoy en día en Venus, y el movimiento de la superficie se detuvo".

La fuente del magma, o material rocoso fundido, y los gases volcánicos se encuentra en la profundidad del manto de Venus. La desintegración de elementos radiactivos, heredada de los bloques de construcción de los planetas del Sistema Solar y el calor almacenado en el interior desde la formación de los planetas produce el calor suficiente para generar fusión parcial de silicato, hierro, y magnesio en la parte superior del manto. La roca fundida tiene más volumen y es más ligera que la roca sólida circundante de idéntica composición. El magma, por lo tanto, puede subir y, finalmente, penetrar a través de la corteza rígida por los respiraderos volcánicos, esparciendo lava sobre la superficie y soplando gases a la atmósfera, sobre todo gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono (CO2), vapor de agua (H2O) y dióxido de azufre (SO2).

Sin embargo, mientras más gases de efecto invernadero hayan, más caliente es la atmósfera, lo que puede dar lugar a aún más volcanismo. Para saber si este proceso fuera de control terminaría en un Venus al rojo vivo, Noack y Doris Breuer, también del Centro Aeroespacial Alemán, han calculado por primera vez un modelo donde se junta la atmósfera caliente con un modelo en 3D del interior del planeta. A diferencia de lo que sucede aquí en la Tierra, las altas temperaturas tienen un efecto mucho mayor en la interfase con la superficie rocosa, calentándola en gran medida.

"Es interesante, debido a las crecientes temperaturas de la superficie, la superficie se moviliza y disminuye el efecto de aislamiento de la corteza", dijo Noack. "El manto de Venus pierde mucha de su energía térmica al exterior. Es un poco como levantar la tapa del manto; el interior de Venus pronto se enfría de manera muy eficiente, y la tasa de actividad volcánica cesa. Nuestro modelo muestra que después de la caliente época de vulcanismo, la desaceleración de la actividad volcánica conduce a un fuerte descenso de las temperaturas en la atmósfera".

Los cálculos de los geofísicos entregan otro resultado interesante: el proceso de rejuvenecimiento volcánico se lleva a cabo en lugares diferentes en momentos diferentes. Cuando la atmósfera se enfría, el movimiento de la superficie se detiene. Sin embargo, todavía hay algunos pocos volcanes activos que 'repavimentan' algunos puntos con los flujos de lava. Algunos volcanes pueden estar activos hasta el día de hoy, lo que se ajusta a los recientes resultados de la misión Venus Express de la ESA. Esta misión detectó "puntos calientes", o altas temperaturas inusuales en la superficie de los volcanes que se pensaba que se habían extinguido. Hasta el momento, ningún volcán activo se ha identificado en Venus, pero no parece probable que Venus Express o futuras sondas espaciales detecten el primer volcán activo sobre el vecino de la Tierra.

Futuro

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