Concepto artístico del Trace Gas Orbiter. |
"Para explorar completamente Marte queremos reunir todos los talentos de la Tierra que podamos", dice David Southwood, director de Ciencia y Exploración Robótica de la ESA. "Entre los objetivos de la misión está caracterizar la atmósfera del planeta, y en particular, buscar rastros de gases como el metano". La presencia de este elemento, que se confirmó en 2003, permite investigar si Marte es o puede llegar a ser un planeta vivo.
La ESA y la NASA han seleccionado cinco instrumentos científicos entre las 19 propuestas presentadas, por su calidad científica y menor riesgo, y serán desarrollados conjuntamente por equipos internacionales de investigadores e ingenieros.
"Trabajando juntos reducimos la duplicación de esfuerzos, ampliamos nuestras capacidades y podemos ver resultados que jamás lograríamos solos", indica Ed Weiler, administrador de la Science Mission Directorate de la NASA en Washington.
El MATMOS (Mars Athmospheric Trace Molecule Occultation Spectrometer), es uno de los instrumentos elegidos. Se trata de un espectómetro de infrarojos para detectar bajas concentraciones de componentes moleculares en la atmósfera, y cuyo desarrollo se centralizará en el Instituto de Tecnología de California (EE.UU.).
El segundo instrumento será el SOIR/NOMAD (High resolution solar ocultation and nadir spectrometer), otro espectómetro de infrarojos para detectar trazas de compuestos en la atmósfera y mapear su posición en la superficie marciana. En este proyecto participan científicos de España, Italia, Reino Unido, EE.UU. y Canadá, pero el investigador principal es del Belgian Institute for Space Aeronomy (Bélgica).
El EMCS (ExoMars Climate Sounder) -un radiómetro de infrarojos que realiza mediciones diarias de polvo, vapor de agua y componentes químicos de la atmósfera- y la HiSCI (High resolution Stereo Color Imager) -una cámara que ofrece imágenes en cuatro colores a un resolución de dos metros por pixel- son otros dos instrumentos. Los investigadores principales están en el Laboratorio de Propulsión a Chorro y la Universidad de Arizona (EE.UU.), respectivamente.
El quinto instrumento es otra cámara, el MAGIE (Mars Atmospheric Global Imaging Experiment), gran angular y multiespectral para facilitar datos de apoyo. Se encarga a un investigador del Malin Space Science System de San Diego (EE.UU.).
La misión de 2016, que se lanzará en un cohete de la NASA, también llevará un vehículo de demostración de entrada, descenso y aterrizaje. La siguiente misión ExoMars, prevista para 2018, incorporará un rover con un taladro capaz de coger muestras seleccionadas para su posible viaje a la Tierra, así como un sistema de aterrizaje y lanzadera de la NASA.
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