El Sol despierta, y la NASA lo observa

Muchas de las tecnologías del siglo XXI
son vulnerables a las tormentas solares.

La Tierra y el espacio están a punto de entrar en contacto de una manera que es nueva en la historia de la humanidad. Y para comenzar a prepararnos, las autoridades de Washington DC sostienen una reunión: el Foro Empresarial de Clima Espacial en el Club Nacional de Prensa el 8 de junio.

Richard Fisher, jefe de la División Heliofísica de la NASA, explica de qué se trata:

"El Sol se está despertando de un profundo sueño, y en los próximos años esperamos ver niveles mucho más altos de actividad solar. Al mismo tiempo, nuestra sociedad tecnológica ha desarrollado una sensibilidad sin precedentes para las tormentas solares. La intersección de estas dos cuestiones es la razón por la que nos vamos a reunir a discutir".

La Academia Nacional de Ciencias enmarcó el problema hace dos años en un importante informe titulado "Graves Eventos Meteorológicos Espaciales—Impactos Sociales y Económicos". Se notó cómo la gente del siglo XXI confía en sistemas de alta tecnología para lo fundamental de la vida cotidiana. Redes inteligentes de energía, navegación GPS, transporte aéreo, servicios financieros y de comunicaciones de emergencia por radio pueden ser anulados por la intensa actividad solar. La Academia advirtió que una tormenta solar de proporciones podría causar veinte veces más daños económicos que el huracán Katrina.

Gran parte del daño puede ser mitigado si los gerentes saben se acerca una tormenta. Poner satélites en 'modo seguro' y desconectar los transformadores puede proteger estos artefactos de daño por sobrecarga eléctrica. La acción preventiva, sin embargo, requiere de un pronóstico exacto, un trabajo que ha sido asignado a NOAA (National Oceanic and Atmospheric Administration).

"El pronóstico del clima espacial se encuentra todavía en su infancia, pero estamos avanzando rápidamente", dice Thomas Bogdan, director del Centro de Predicción del Clima Espacial de NOAA en Boulder, Colorado.

Entre las decenas de naves espaciales de la NASA, tres son de especial importancia: STEREO, SDO y ACE.

STEREO (Solar TErrestrial RElations Observatory) es un par de naves colocadas en lados opuestos del Sol con una vista combinada de 90% de la superficie estelar. En el pasado, las manchas solares activas podían esconderse en la cara oculta del Sol, invisible desde la Tierra, y de repente emergían desde algún extremo las llamaradas y CME (coronal mass ejection). STEREO hace que este tipo de ataque sorpresa sea imposible.

SDO (Solar Dynamics Observatory) es la última incorporación a la flota de la NASA. Lanzado en febrero, es capaz de fotografiar las regiones solares activas con una resolución espectral, temporal y espacial sin precedentes. Los investigadores ahora pueden estudiar las erupciones con gran detalle, dando esperanzas de que van a aprender cómo trabajan las llamaradas y la manera de predecirlas. SDO también supervisa la salida de UV extremo del Sol, que controla la respuesta de la atmósfera terrestre a la variabilidad solar.

Sin embargo el satélite de la NASA favorito de Bogdan es uno más viejo: el ACE (Advanced Composition Explorer) lanzado en 1997. "¿Dónde estaríamos sin él?", se pregunta. ACE es un monitor de viento solar. Se encuentra entre el Sol y la Tierra, para detectar las ráfagas de viento solar, las CME de mil millones de toneladas, y las tormentas de radiación unos 30 minutos antes de que lleguen a nuestro planeta.

"ACE es nuestro mejor sistema de alerta temprana", dice Bogdan. "Nos permite notificar a los operadores de servicios y de satélites cuando una tormenta está a punto de golpear".

Las naves espaciales de la NASA no estaban incialmente destinadas a hacer pronósticos, "pero resulta que nuestros datos tienen usos prácticos en lo económico y civil", señala Fisher. "Este es un buen ejemplo de la ciencia espacial apoyando a la sociedad moderna".

2010 marca el cuarto año consecutivo en el que políticos, investigadores, legisladores y periodistas se han reunido en Washington DC para compartir ideas sobre clima espacial. Este año, los organizadores del foro planean perfeccionar el enfoque en la protección de infraestructuras críticas. El objetivo final es mejorar la capacidad del país para preparar, mitigar y responder a fenómenos climáticos espaciales potencialmente devastadoras.

"Creo que estamos en el umbral de una nueva era en la que el clima espacial puede ser tan influyente en nuestra vida cotidiana como lo es el clima terrestre común", concluye Fisher. "Nos tomamos esto muy en serio".

El siguiente video es una visión general de la división de Heliofísica de la NASA que explica cómo la NASA estudia el Sol y -lo más importante- cómo afecta a nuestras vidas cotidianas.



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