El comportamiento del Sol es extraño, pero la explicación sigue siendo esquiva

El último mínimo solar fue largo y pronunciado. Pero, ¿por qué?

Fotografía en ultravioleta extremo de un filamento oscuro y
alargado sobre la superficie del Sol el 18 de mayo de 2010.
En términos generales, la actividad del Sol aumenta y disminuye en un ciclo de 11 años, con las llamaradas, eyecciones de masa coronal y otros fenómenos energéticos alcanzando un máximo que se llama "máximo solar" y un mínimo que se denomina "mínimo solar". Las manchas solares, marcadores de la actividad magnética en la superficie del Sol, proporcionan una representación visual que marca la evolución del ciclo, apareciendo en grandes cantidades en el máximo y casi desapareciendo en el mínimo. Pero el comportamiento de nuestra estrella anfitriona no es tan predecible después de todo, el último mínimo solar fue sorprendentemente profundo y prolongado, finalmente tocando fondo alrededor de finales de 2008 aproximadamente.

Los físicos solares en la reunión semestral de la Sociedad Astronómica Americana ofrecieron una serie de mecanismos para arrojar luz sobre lo que ha estado sucediendo últimamente en el Sol, pero admitieron que la respuesta definitiva -o las respuestas más probables- sigue siendo opaca. Más allá de la comprensión científica, las motivaciones para una mejor predicción del clima solar incluyen la esperanza de usarla para proteger las redes eléctricas contra interrupciones, daños a satélites que orbitan la Tierra y amenazas para la salud de los viajeros espaciales por las llamaradas de radiación solar.

Un investigador ha buscado pistas del clima solar en el flujo meridional, que se mueve desde el ecuador hacia los polos solares y que parece cambiar de velocidad durante el cambio del ciclo solar. Otro observó el "flujo de chorro", una lenta corriente en las latitudes solares medias y que se divide en un flujo bifurcado hacia el ecuador y los polos. Otro científico examinó el funcionamiento interno del Sol mediante la oscilación de las ondas sonoras que se propagan por el interior del Sol; otro observó los mapas magnéticos para cartografiar el cambio de flujo del Sol.

"Creo que estamos en total acuerdo sobre que este es un mínimo interesante", dice David Hathaway del Centro Marshall de Vuelos Espaciales de la NASA en Huntsville, Alabama. En varias medidas -actividad geomagnética, debilidad de los campos magnéticos polares, bajo desvío solar de los rayos cósmicos galácticos- el mínimo fue el más profundo registrado, señala Hathaway, aunque algunos de esos registros contienen sólo unos pocos ciclos. Hathaway se centró en el campo de velocidad del flujo meridional, descubriendo que el flujo era anormalmente rápido en el mínimo más reciente. Pero, hablando sobre técnicas de predicción heliofísica en general, advirtió contra sacar cualquier conclusión basándose en pocos datos estadísticos. "Tenemos que tener cuidado al tratar de extender lo que vemos en uno o dos ciclos a todos ellos", comenta.

Frank Hill del Observatorio Solar Nacional (National Solar Observatory, NSO) examinó el flujo de chorro, un flujo periódico este-oeste de material que se corresponde con el inicio y final del ciclo solar. Con datos heliosismológicos, que rastrean oscilaciones acústicas en el Sol, los investigadores pueden comprobar el progreso del flujo a profundidades de aproximadamente 1.000 kilómetros, potencialmente permitiendo mejores pronósticos de la sincronización del ciclo solar. Pero "aún es muy pronto para saber" si el flujo de chorro puede predecir robustamente la actividad solar, reconoce Hill, señalando que el flujo podría ser una causa o un efecto del ciclo.

La colega de Hill en el NSO, Sushanta Tripathy, también se volvió hacia la heliosismología para investigar el reciente mínimo solar, descubriendo que en las oscilaciones acústicas de las profundidades del Sol había dos mínimos distintos; uno a finales de 2007 que no se correspondía con el mínimo en las manchas solares, y uno alrededor de finales de 2008 que sí correspondía. En datos anteriores, desde 1995 a 2007, la frecuencia de desplazamiento en las oscilaciones habían encajado bien con el recuento de manchas solares. Y a profundidades menores, la actividad sísmica y de manchas solares estaban sincronizadas también para el último mínimo solar. En cualquier caso, el ciclo fue definitivamente inusual, dice Tripathy.

Julia Saba de SP Systems, Inc., y del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA en Greenbelt, Maryland, tiene otra aproximación, yendo hacia los mapas magnéticos para rastrear diferencias regionales en el Sol. Su aproximación predice de manera precisa la llegada del mínimo solar de 2008 con 18 meses de adelanto, dice, pero reconoce que la predicción había sido revisada desde una predicción anterior. Basándose en los datos actuales, Saba dijo que el siguiente ciclo solar parece que será débil y prolongado. Pero que eso podría cambiar, pues sus predicciones asumen "que el Sol no cambiará de nuevo".

Después de escuchar las distintas aproximaciones de sus colegas para investigar el comportamiento del Sol, Hill hizo un repaso de un campo con muchas cuestiones abiertas. "Mi impresión principal de todo esto es que me gusta ver que todos estamos de acuerdo en que este es un mínimo interesante", dijo Hill. "Lo que no es gratificante es que no tenemos ni idea de por qué están sucediendo estos efectos".

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