Los restos rocosos de antiguos planetas orbitando enanas blancas pueden revelar una galaxia rebosante de vida. |
La pregunta de cuántos mundos rocosos existen en la galaxia ha dejado perplejos a astrónomos durante gran parte del último siglo. Incluso ahora, la tecnología dificulta la búsqueda. Los astrónomos están a años-luz de ser capaces de obtener la imagen de otra Tierra directamente. Los dos métodos de descubrir planetas extrasolares, apodados "bamboleo y parpadeo", implican la detección un cambio minúsculo en el movimiento de una estrella causado por el tirón gravitacional de sus planetas en órbita, y la detección de un leve oscurecimiento en la luz de una estrella que ocurre siempre que un planeta pasa entre la estrella y el telescopio que la observe. Ambos métodos han revelado cientos de planetas similares a Júpiter, pero no parecidos a la Tierra, aunque unos cuantos gigantes rocosos han sido encontrados.
Pero ayer en una reunión de la Royal Astronomical Society en Glasgow, Reino Unido, un equipo de investigadores presentó un nuevo modo de estimar cuántos planetas rocosos podrían haber ahí. El estudio se centra en las estrellas enanas blancas. Estas estrellas muertas brillaron alguna vez como nuestro propio Sol, pero al final de sus vidas de 9 mil millones de años se convirtieron en gigantes rojas, estrellas con diámetros hasta 200 veces el de nuestra estrella. Si esto pasara en el Sistema Solar, el Sol se ampliaría hasta más allá de la órbita de la Tierra. Luego, poco a poco, las estrellas hinchadas se 'desinflan' hasta alcanzar sólo mitad de su tamaño original, lentamente se oscurecen y se ven rodeadas por enormes y delgadas atmósferas.
Aquellas atmósferas pueden facilitar la lectura de la señal de planetas rocosos que orbitaron a estas estrellas muertas, según los investigadores. El equipo estudió los espectros, o 'firmas químicas', de la luz de 146 enanas blancas localizadas a unos cien años-luz de la Tierra. Entre aquellas estrellas, 109 espectros indicaron que elementos más pesados como el calcio estaban presentes en sus atmósferas. Los planetas rocosos son las únicas fuentes probables de estos elementos pesados, tal espectro nos muestra que las estrellas deben haber tragado estos planetas durante su etapa expansiva de gigante roja.
Basándose en los datos, el equipo extrapola que al menos el 3,5 % de todas las estrellas parecidas al Sol en la Vía Láctea albergan planetas rocosos actualmente. Mediante un cálculo aproximado, se estima que la galaxia ha mantenido no menos de mil millones de mundos rocosos en un momento u otro. Una pequeña fracción de estos, a su vez, podrían haber sido similares a la Tierra, queriendo decir que cumplían con criterios tales como el hecho de abrigar agua y la existencia dentro de la zona habitable de su sol.
El estudio refuerza la idea de que la formación de planetas alrededor de estrellas "es un evento común", dice el científico planetario Jonatán Fortney de la Universidad de California, Santa Cruz. Tan común, dice él, que el número de estrellas que albergan planetas rocosos es "probablemente mucho más alto" que el valor de 3,5% estimado por los autores.
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