Estudiando al infernal Venus

La sonda Venus Express proporciona valiosos datos que permiten entender mejor la terrible atmósfera del planeta y que, a su vez, permiten una mejor comprensión del calentamiento global en la Tierra.

Ilustración de relámpagos en Venus.
Venus es un planeta infernal. Así lo está descubriendo la sonda Venus Express, que estudia diariamente y desde hace cuatro años el planeta gemelo de la Tierra. Lo primero que vemos al mirar Venus desde el espacio es un manto homogéneo de nubes. Esto le hace resplandecer inusitadamente en el cielo nocturno, y le da una gran belleza y brillo, como una gema. Pero esta capa continua de decenas de kilómetros de espesor está compuesta de nubes de letal ácido sulfúrico, corrosivo y capaz de atravesar tejidos en segundos. Y hace que en Venus no haya días soleados ni cielo azul. Ni siquiera se ve el cielo.

La superficie de Venus es asimismo asfixiante. La atmósfera es de dióxido de carbono (CO2) y, por tanto, irrespirable. Si mirásemos al horizonte veríamos un paisaje desolado, yermo, anaranjado, sin paleta de colores. Y estamos a 500 grados centígrados. Muchos metales en la superficie se licuarían, como el plomo. Moverse ofrece una extraordinaria dificultad, porque la presión es de 90 bares (90 veces la presión atmosférica de la Tierra), una auténtica olla a presión.

La sonda Venus Express, de la Agencia Europea del Espacio (ESA), es la primera sonda europea que orbita alrededor de Venus, y ha llenado un vacío de varias décadas en las que nuestro planeta vecino no había sido visitado. Desde los pasados éxitos estadounidenses y soviéticos Venus parecía haber perdido algo de interés. Pero Venus Express cumple ya -este mismo mes- cuatro años en órbita de Venus y sus relevantes descubrimientos de nuevo han hecho este planeta un objeto de alto interés científico.

Aparte del estudio diario de la atmósfera, el ingenio robótico ha obtenido la primera confirmación de volcanismo reciente en Venus. También ha medido relámpagos en la atmósfera de este planeta, así como mejorado los modelos que explican el fenómeno de la súper-rotación de la atmósfera venusiana. Ha proporcionado imágenes de alta resolución de los vórtices polares y caracterizado globalmente los numerosos y complicados procesos atmosféricos.

Este mes entró en erupción el volcán Eyjafjallajokull en Islandia. A pesar de su relativa pequeñez a escala planetaria, Europa se paralizó por sus efectos. ¿Qué ocurre en Venus? Casi toda su superficie ha sido modificada catastróficamente por la acción de volcanismo. Y cuando decimos casi toda, significa que al menos el 85% de la superficie está cubierta por rocas y lavas volcánicas. Venus cuenta con 100.000 volcanes de escudo. Para poner en contexto, Mauna Loa en Hawai, el volcán más grande de la Tierra, tiene un diámetro de unos 100kilómetros. En Venus, 200 volcanes son de tamaño superior a los 100 kilómetros y los hay hasta de 600 kilómetros.

Venus Express ha estudiado lugares con anomalías térmicas y recientemente -a principios de abril- se ha publicado un estudio en la revista Science que demuestra que el volcanismo en Venus es muy reciente, tal vez de hace sólo unos cientos o miles de años. Incluso puede que siga activo.

De hecho, el 19 de julio del 2009 apareció en la atmósfera de Venus una misteriosa mancha brillante, visible desde telescopios terrestres. Las imágenes diarias tomadas por Venus Express revelaron que la gran mancha se mantuvo unas dos semanas. Una de las hipótesis es que fue causada por a una erupción volcánica. Dicha gran nube de piroclastos, cenizas, y gases podría haber perforado la densa capa de nubes y llegado a las capas más superiores, donde los efectos fueron visibles para los instrumentos de la sonda europea.

Así que Venus no parece un buen sitio para volar. Si las indicaciones de Venus Express son correctas, el tráfico aéreo estaría paralizado... continuamente.

Vórtice en el polo Sur de Venus observado por Venus Express.
Venus Express sigue estudiando la enorme tormenta en el polo sur del planeta, en especial la evolución de sus numerosos ojos de huracán. Esta tormenta evoluciona diariamente, y a veces se muestra con dos, tres o cuatro ojos, que cambian de un día para otro. La sonda también estudia la interacción con las nubes altas de Venus, que se desplazan a más de 350 kilómetros por hora.

Otro tema de gran actualidad es el calentamiento global de la Tierra. Venus Express tiene una situación inmejorable para estudiar este fenómeno. Y es que en Venus el efecto invernadero es brutal. La atmósfera de CO2 ha conseguido atrapar el calor proveniente del Sol, y hacer que la superficie se encuentre a unos 500 grados centígrados. Y sin embargo se cree que Venus y la Tierra, en las primeras etapas de se evolución planetaria, eran muy parecidas, no sólo por el tamaño y la distancia al Sol, sino por su composición atmosférica. ¿Qué hizo a ambos planetas desarrollarse de forma tan diferente? Los resultados de Venus Express están ayudando a mejorar los modelos que predicen la evolución de la atmósfera terrestre.

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