El ensayo de un nuevo minitransbordador espacial

La Fuerza Aérea estadounidense tiene previsto lanzar la semana que viene el X-37B, un pequeño vehículo orbital rodeado de secretos 

Ilustración de la pequeña nave espacial no tripulada X-37.
Justo ahora que la NASA va a retirar definitivamente sus transbordadores, está a punto de realizar su primer vuelo de ensayo un nuevo vehículo reutilizable para misiones espaciales de larga duración capaz de aterrizar como un avión al regreso. Es el X-37 B, un minitransbordador no tripulado que comenzó a diseñar la NASA hace más de una década con la intención de desarrollar una nueva generación de transbordadores y que luego descartó y pasó a la agencia de investigación militar DARPA (Defence Advanced Research Projects Agency), que se ha responsabilizado de completar su desarrollo y realizar los ensayos en órbita. El pequeño avión espacial será lanzado el próximo día 20 desde la base espacial de Cabo Cañaveral (Florida) con un cohete Atlas, permanecerá en órbita terrestre baja para hacer pruebas durante un tiempo que no se ha especificado y luego aterrizará en la base aérea de Vandenberg (California). Como cabe esperar, el X-37 B, o Vehículo Orbital de Prueba (Orbital Test Vehicle, OTV) está rodeado de secretos.

El nuevo vehículo es mucho más pequeño que un transbordador, con cinco toneladas, 8,8 metros de longitud y 4,2 metros de envergadura (frente a más de cien toneladas, 37,2 metros de largo y 23,79 metros de envergadura de las veteranas naves de la NASA). No llevará astronautas a bordo, pero su tiempo de permanencia en órbita será mucho más largo (270 días) que las dos semanas habituales de las misiones de los transbordadores, por lo que en el espacio desplegará un panel solar para el suministro de energía eléctrica. De su construcción se ha ocupado la empresa "Boeing Phantom Works". Hace cuatro años se realizaron ya algunos ensayos en vuelo de un prototipo del X-37 (en la fotografía), pero sin aterrizaje.

Con el OTV se trata de probar los sistemas de guiado, navegación y control, así como la protección térmica, la aviónica, la respuesta de las estructuras en condiciones de alta temperatura, los aislantes y los sistemas electromecánicos, todo ello en un ejercicio de fase orbital, reentrada en la atmósfera y aterrizaje. Lo que no está tan claro es qué misiones planea la Fuerza Aérea estadounidense para este vehículo y qué utilidad real puede tener, explica Space.com. Se sabe que en el programa del X-37 se han invertido cientos de millones de dólares, pero no se ha hecho público el coste preciso.

El nuevo vehículo (no está claro si se está construyendo ya otra unidad o no) podría ser un primer paso de un desarrollo a gran escala de naves espaciales reutilizables tripuladas para uso militar. Pero, de momento, el X-37 parece apuntar hacia un medio flexible y rápido para lanzar al espacio cargas y realizar misiones muy diversas, desde poner en órbita pequeños satélites (la Fuerza Aérea de EE.UU. podría hacerse con una pequeña flota de estos aviones espaciales listos para utilizarlos en cualquier momento) hasta realizar misiones críticas de adquisición de datos o de vigilancia estratégica. Incluso un experto ha señalado a Space.com la gran capacidad que un vehículo espacial no tripulado de este tipo puede tener para destruir satélites del enemigo.

Los minitransbordadores podrían colocarse en diferentes órbitas para sobrevolar prácticamente cualquier zona del planeta y a diferentes alturas. Incluso podría realizar vuelos suborbitales entre dos puntos de la superficie terrestre. Pero las incógnitas y los secretos rodean el programa del X-37, hasta el punto de que para algunos supone los primeros pasos de un proyecto de mucha mayor envergadura y para otros podría ser el resultado de la inercia de las instituciones estadounidenses de defensa sin muchas perspectivas de ir más lejos.

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