Uno de los objetivos favoritos del Hubble es la Nebulosa de Orión. Y ahora, el telescopio ha captado imágenes del nacimiento de sistemas planetarios en este lugar, las que permitirán a los expertos conocer más sobre la gestación de estos sistemas.
El telescopio espacial Hubble ha conseguido captar imágenes nunca vistas del nacimiento de sistemas planetarios en la Nebulosa de Orión, un logro que ayudará a los científicos a conocer más sobre los mecanismos que favorecen la formación de planetas y que, para los aficionados, resulta todo un espectáculo visual. Sólo las sensibles cámaras de alta resolución de este histórico instrumento son capaces de proporcionar imágenes semejantes, tan hermosas que parecen casi pictóricas. Con ellas, los responsables del telescopio han construido un álbum de 30 imágenes inéditas de estos sistemas planetarios en gestación.
Gracias a su delicado aspecto de acuarela, la Nebulosa de Orión es uno de los objetos más fotogénicos del espacio y uno de los blancos favoritos del telescopio espacial. También llamada Messier 42, la nebulosa se conoce desde la antigüedad, ya que es visible sin telescopio, pero fue descrita por primera vez en el siglo XVII por el astrónomo francés Nicolas-Claude Fabri de Peiresc. A 1.500 años luz de distancia, la nebulosa es la región del cielo más cercana a la Tierra en la que se encuentran estrellas masivas suficientes como para calentar el gas de alrededor, llenándolo de color y haciéndolo irresistible para los observadores del cielo.
Cuando las estrellas recién nacidas emergen de la mezcla de gas y polvo, los discos protoplanetarios, también conocidos como proplidos, se forman alrededor de ellas. El centro del disco giratorio se calienta y se convierte en una nueva estrella, pero los restos que quedan en el exterior del disco atraen a otros trozos de polvo, que quedan agrupados. Ahí empieza todo. De esta forma, se produce el 'parto' galáctico de los sistemas planetarios.
Los investigadores han identificado dos tipos diferentes de discos alrededor de las jóvenes estrellas: Los que se encuentran alrededor de la estrella más brillante del grupo (Theta 1 Orionis C) y los más alejados de ella. Los primeros son realmente luminosos, mientras los segundos, que no reciben suficiente radiación energética de la estrella para calentar el gas, sólo pueden ser detectados como siluetas oscuras contra el fondo de la nebulosa brillante. Gracias a estas siluetas, los científicos están en mejores condiciones de conocer las propiedades de los granos de polvo que se cree pueden unir y formar planetas como la Tierra.
En las imágenes también pueden apreciarse otras características de la nebulosa, como ondas de choque provocadas por el viento estelar, que esculpen formas de boomerang, flechas e incluso medusas. Todo un espectáculo.
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