NGC 4945: la prima no muy distante de la Vía Láctea

ESO ha publicado una sorprendente fotografía de una galaxia cercana que según muchos astrónomos se parece mucho a nuestra propia Vía Láctea. A pesar de que es vista de canto, las observaciones de NGC 4945 sugieren que este enjambre de estrellas es una galaxia espiral bastante semejante a la nuestra, con brazos luminosos y arremolinados, y una región central con forma de barra. Semejanzas aparte, NGC 4945 tiene un centro más brillante que probablemente alberga a un agujero negro súper masivo, que está devorando rumas de materia y disparando energía hacia el espacio.


Puesto que NGC 4945 está a sólo unos 13 millones de años-luz de distancia hacia la constelación de Centaurus (el Centauro), un modesto telescopio es suficiente para que los observadores del cielo puedan ubicar esta notable galaxia. La designación de NGC 4945 viene de su número de ingreso en el Nuevo Catálogo General compilado por el astrónomo danés-irlandés John Louis Emil Dreyer en la década de 1880. A James Dunlop, un astrónomo escocés, se le atribuye el descubrimiento de NGC 4945 en 1826 desde Australia.

La nueva fotografía de NGC 4945 nos llega gracias al instrumento Wide Field Imager (WFI) instalado en el telescopio MPG/ESO de 2,2 metros en el Observatorio La Silla, en Chile. NGC 4945 aparece con forma de cigarro desde nuestra perspectiva en la Tierra, pero la galaxia es en realidad un disco muchas veces más ancho que grueso, con bandas de estrellas y gas brillante girando en espiral en torno a su centro. Con el uso de filtros ópticos especiales para aislar el color de la luz emitida por gases calientes tales como el hidrógeno, la fotografía muestra agudos contrastes en NGC 4945 que indican áreas de formación de estrellas.

Nuevas observaciones han revelado que NGC 4945 tiene un activo núcleo galáctico, lo que significa que su bulbo central emite mucha más energía que las galaxias más calmas como la Vía Láctea. Los científicos clasifican a NGC 4945 como una galaxia Seyfert, por el astrónomo norteamericano Carl K.Seyfert, quien en 1943 escribió un estudio describiendo las raras emisiones de luz que emanan desde algunos centros galácticos. Desde entonces, los astrónomos han llegado a sospechar que los agujeros negros súper masivos causan la confusión existente en el centro de las galaxias Seyfert. Los agujeros negros gravitacionalmente atraen gas y polvo hacia sí, acelerando y calentando esta materia atraída hasta que emite radiación de alta energía, incluyendo rayos-X y luz ultravioleta. La mayoría de las grandes galaxias espirales, incluyendo la Vía Láctea, albergan un agujero negro en sus centros, a pesar de que muchos de estos monstruos oscuros ya no se "alimentan" activamente en esta etapa del desarrollo galáctico.

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