El descubrimiento revela la capacidad científica de esta misión que fue puesta en órbita el pasado mes de marzo.
La sonda Kepler confirmó la existencia de un enorme planeta fuera del Sistema Solar y comenzó a concretar los objetivos de su misión, demostrando la capacidad científica, según aseguró un informe publicado hoy en la revista Science.
La sonda fue puesta en órbita solar el 6 de marzo pasado con el objetivo central de detectar planetas fuera del sistema solar (exoplanetas) y determinar si en alguno de ellos existen condiciones para el desarrollo de un tipo de actividad biológica como la de la Tierra.
El informe manifiesta que el exoplaneta ha sido identificado como HATP7b, uno de los casi medio centenar de planetas extrasolares descubiertos hasta la fecha mediante observaciones desde Tierra.
Según científicos del Centro Ames de Investigaciones de la Nasa, es comparable en tamaño a Júpiter y gira en torno a una estrella similar a nuestro Sol.
Según el astrónomo de la Nasa William Borucki, la detección del HATP7b se verificó tras el análisis de datos de más de 50.000 estrellas enviados por la sonda.
Esos datos revelan que el exoplaneta podría tener una temperatura durante el día de unos 1.500 grados centígrados y una atmósfera completamente absorbente, señaló.
Tras realizarse el lanzamiento en marzo, la Nasa indicó que la sonda buscará determinar si en algunos de esos planetas existe agua en forma líquida, el ingrediente fundamental de cualquier manifestación de actividad biológica.
Según Ed Weiler, director de misiones científicas de la Nasa, se trata de responder al enigma que el hombre se ha planteado desde los albores del conocimiento: ¿Hay vida en otros lugares o estamos solos en el Universo?
"No se trata de un interrogante científico, es una pregunta humana básica", señaló.
Los científicos han previsto que la misión de la sonda será de tres años y medio durante los cuales determinará si existe un cuerpo rocoso similar a la Tierra más allá del sistema solar.
"Miraremos una amplia variedad de estrellas, desde las pequeñas y frías alrededor de las que deben circular muy de cerca los planetas, hasta las más grandes y más candentes que nuestro Sol", dijo Borucki.
"Todo en esta misión se ha optimizado para encontrar planetas como la Tierra y que tengan el potencial de albergar vida", señaló.
Para esta búsqueda, el observatorio cuenta con los instrumentos más poderosos producidos hasta ahora para la exploración científica del espacio: un telescopio ultrapoderoso y una cámara de alta resolución.
El telescopio podrá detectar cambios en el brillo de las estrellas de solo 20 partes por millón y las imágenes que capte serán transmitidas por una cámara con una resolución de 95 megapixeles.
Según explicaron los científicos, las observaciones se realizan mediante el método de establecer las fluctuaciones periódicas en la luz que emiten los planetas cuando pasan frente a su estrella.
"Detectar planetas del tamaño de Júpiter con ese método es como medir el efecto lumínico que causa un mosquito cuando pasa frente a las luces de un automóvil", señaló Jim Fanson, director de misión en el Laboratorio de Propulsión de la Nasa.
"Y encontrar planetas como la Tierra es como detectar una pulguita bajo esa misma luz", añadió en una conferencia de prensa.
La sonda Kepler es un componente "crucial de los esfuerzos de la Nasa por encontrar y estudiar planetas con características similares a las de la Tierra", señaló Jon Morse, director de astrofísica de la agencia espacial en Washington.
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