Un sismo espacial en acción. |
Como terremotos en el espacio, los conocidos como "sismos espaciales" (spacequakes) son temblores en el campo magnético de la Tierra causados por el plasma que vuela desde el Sol que podría ayudar a generar las coloridas auroras que bailan en la atmósfera terrestre, sugiere un nuevo estudio.
Aunque se sienten con más fuerza en la órbita de la Tierra, estos sismos pueden también llegar hasta la propia superficie terrestre.
"Las reverberaciones magnéticas se han detectado en estaciones terrestres de todo el globo, al igual que los detectores sísmicos miden un gran terremoto", dice Vassilis Angelopoulos, de UCLA, investigador principal de la nave THEMIS de la NASA.
Y estos movimientos pueden golpear fuerte.
"La energía total de un sismo espacial puede rivalizar con la de un terremoto de magnitud 5 o 6", según Evgeny Panov del Instituto de Investigación Espacial de Austria. Panov es el primer autor de un artículo que informa de los resultados de un estudio sobre sismos espaciales en la edición de abril de la revista Geophysical Research Letters.
Los sismos espaciales no son los únicos temblores no terrestres alrededor nuestro. Los científicos han descubierto los "sismos estelares" (violentos temblores dentro de las estrellas), "sismos lunares" y "sismos asteroidales" (temblores sísmicos en la superficie de la Luna y asteroides, respectivamente). De hecho, la Tierra puede en realidad estimular los sismos asteroidales cuando estas rocas espaciales vuelan demasiado cerca de nuestro planeta.
En 2007, THEMIS descubrió los precursores de los sismos espaciales. La acción comienza en la cola magnética de la Tierra, que se estira como una manga de viento debido al viento solar que sopla a millones de kilómetros por hora. A veces la cola llega a esar tan estirada y llena de tensión, que chasquea como una banda de goma demasiado tensa.
El plasma del viento solar atrapado en la cola sale disparado hacia la Tierra. En más de una ocasión, las cinco naves de THEMIS estaban en la línea de fuego de estos "chorros de plasma". Evidentemente, los chorros iban a impactar con la Tierra. Pero, ¿qué sucedería entonces? La flota se movió más cerca del planeta para averiguarlo.
"Ahora lo sabemos", dice el científico del proyecto THEMIS David Sibeck del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA en Greenbelt, Maryland. "Los chorros de plasma gatillan los sismos espaciales".
De acuerdo con THEMIS, los chorros impactan con el campo geomagnético a unos 30.000 kilómetros sobre el ecuador de la Tierra. El impacto inicia un proceso de rebote, en el cual el plasma entrante rebota arriba y abajo en el reverberante campo magnético, similar a una pelota de tenis rebotando en un suelo alfombrado. El primer rebote es grande, seguido por rebotes con cada vez menos amplitud a medida que la energía se disipa en la alfombra.
"Durante mucho tiempo hemos sospechado que algo así estaba ocurriendo", dice Sibeck. "Al observar in situ el proceso, sin embargo, THEMIS ha descubierto algo nuevo y sorprendente".
La sorpresa son los vórtices de plasma, enormes remolinos de gas magnetizado tan anchos como la propia Tierra, que giran en el borde del alterado campo magnético.
Las colas de estos vórtices se cree que hacen de embudo a partículas hacia la atmósfera terrestre, provocando las coloridas auroras que bailan sobre el cielo.
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