Estrellas le roban las lunas a sus planetas

Ilustración del exoplaneta BD+20 1790 b, catalogado como'Júpiter caliente'
El exoplaneta "Júpiter caliente" BD+20 1790 b.

¿Planeando una luna de miel a un "Júpiter caliente"? Debería pensarlo de nuevo. Ya es bastante malo que estos planetas gigantes orbiten tan cerca de sus soles, llegando a alcanzar temperaturas superiores a las de Mercurio. Y, si un astrónomo en Francia tiene razón, ni siquiera tendrás una media luna romántica para admirar, porque el planeta probablemente no tiene lunas.

Los astrónomos han identificado cientos de planetas gigantes que orbitan otras estrellas, pero aún tienen que encontrar una luna orbitando estos planetas. Estas lunas deberían existir. Después de todo, tres de los planetas gigantes del Sol -Júpiter, Saturno y Neptuno- tienen grandes satélites comparables en tamaño a la Luna. Para detectar estas lunas, los investigadores han propuesto observar "Júpiter calientes" que pasan por delante de, o transitan, sus estrellas. Las lunas grandes deben tirar de los planetas y, por lo tanto, alterar el tiempo de los tránsitos.

Pero no tan rápido. "Es muy poco probable que los Júpiter calientes tengan lunas que se formaron a su alrededor", dice el astrónomo Fathi Namouni de la Universidad de Niza en Francia. Un Júpiter caliente nace en las frías regiones exteriores de su sistema solar y luego migra hacia su estrella. "Durante esta fase de migración, que dura aproximadamente 100.000 años, las lunas que se forman alrededor del planeta son expulsadas", dice Namouni.

En un artículo que aparecerá en la edición del 20 de agosto de The Astrophysical Journal Letters, Namouni modela un gigante de gas que se convierte en un Júpiter caliente por la migración hacia su estrella. Al igual que Júpiter, el planeta comienza con cuatro grandes lunas, pero las pierde. A medida que el planeta se acerca a la estrella, la esfera gravitacional de la estrella invade al planeta, arrancando las tres lunas más exteriores y lanzándolas en órbitas alargadas alrededor de la estrella. La luna más interna sufre la peor suerte: se estrella contra el planeta. El resultado final es un Júpiter caliente sin lunas.

"Si observamos cualquier luna en torno a un Júpiter caliente, esas lunas deben haber sido capturadas más tarde, al igual que Tritón alrededor de Neptuno", dice Namouni. Tritón es la luna más grande capturada en nuestro sistema y orbita en contra de Neptuno, una señal de que la Luna no se formó con el planeta". Namouni dice que es probable que una luna capturada alrededor de un Júpiter caliente también tenga una órbita contraria.

No obstante, los cazadores de lunas extrasolares no tienen que desesperarse, dice el astrónomo Jason Barnes de la Universidad de Idaho, Moscú. "Hay muchas razones para pensar que la búsqueda de lunas es aún provechosa". El trabajo de Namouni es "técnicamente sólido", dice, pero no va lo suficientemente lejos. En particular, las lunas también puede migrar hacia sus planetas, estrellándose finalmente contra ellos. Nuevas lunas se forman a partir del material en órbita alrededor del planeta, dice Barnes, un proceso que el trabajo de Namouni no incorpora.

El astrónomo David Kipping, del Centro Harvard-Smithsoniano para Astrofísica en Cambridge, Massachusetts, es más optimista con respecto al estudio. "Creo que Namouni ha demostrado de manera concisa lo que previamente se había sospechado, pero que nunca se había demostrado formalmente: es poco probable Júpiter calientes logren mantener sus lunas durante el proceso de migración". Kipping señala que incluso en nuestro sistema planetario, los dos planetas más cercanos al Sol -Mercurio y Venus- no tienen lunas. Aun así, él espera que la nave espacial Kepler, que está diseñada para descubrir planetas en tránsito del tamaño de la Tierra, tendrá éxito en la búsqueda de lunas extrasolares, ya que está detectando planetas en tránsito más lejos de sus estrellas.

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