BBC Mundo conversó con el investigador mexicano Gerardo Herrera, quien forma parte del grupo de científicos detrás del Colisionador de Hadrones o de la llamada "máquina de Dios". Nos explicó su trascendencia para la física y para la humanidad y desmintió que pueda atentar contra la Tierra.
El profesor del departamento de Física del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados de México (CINVESTAV), señaló que el Gran Colisionador de Hadrones (Large Hadron Collider, LHC) es el acelerador más grande de la historia.
"Se trata de un anillo de casi 30 kilómetros de perímetro que está a 100 metros por debajo de la tierra. Hay cuatro puntos en este anillo en que los haces de protones chocan a una energía muy alta".
En esos cuatro puntos, los físicos han construido detectores, que son estructuras muy sensibles que sirven para medir y analizar lo que ocurre cuando colisionan los haces de protones.
"En el LHC se pueden lograr las colisiones más violentas de protones y conseguir la energía más intensa jamás alcanzada". Pero ¿de cuánta energía estamos hablando?, le preguntó BBC Mundo.
"No es muy sencillo de ver, pues involucra parámetros para los cuales no estamos acostumbrados. La energía que lograron los protones ayer en el LHC fue de 3,5 tera electronvoltios".
"Cuando un protón lleva esta energía se puede comparar a la energía que tiene un mosquito cuando vuela en nuestra habitación. Sólo que hay que tomar cuenta que el mosquito es gigantesco en comparación con el tamaño del protón".
Otra manera de ejemplificar la energía producida por la llamada "máquina de Dios", indicó el experto, es la generada por cien automóviles que viajan a una velocidad de 100 kilómetros por hora.
¿Por qué es tan trascendente esta máquina que pretende recrear las condiciones del origen del Universo? De acuerdo con Herrera, porque permitirá explorar áreas inéditas y responder preguntas fundamentales de la física. Una de las preguntas centrales de la física es la materia oscura.
"En el Universo existe una cantidad de materia, pero, por alguna razón que no entendemos, 96% de esa materia no aparece por ningún lado. Los físicos la han llamado 'materia oscura'. No podemos verla, pero sabemos que está ahí porque sentimos sus efectos".
El LCH permite hacer colisiones a muy alta energía que muy probablemente producirán unas partículas llamadas súper simétricas. "Son gemelas de las partículas que ya conocemos".
"De aparecer (las partículas súper simétricas), los detectores las van a medir y las podremos analizar. Eso explicaría una buena parte del 96% de la materia oscura que no vemos. Con ellas, las cuentas sobre el Universo van a empezar a cuadrar". Esas partículas, aunque no las vemos, están presentes en nuestro universo.
Otro de los aspectos trascendentales del LHC es que se trata de un gran esfuerzo internacional. "En todos los experimentos participan científicos latinoamericanos procedentes de Argentina, Brasil, Colombia, Cuba, Chile, México y Perú".
Pero ¿por qué se necesita una máquina tan grande?, le preguntó BBC Mundo al científico que se encuentra en Suiza. "El tamaño tiene que ver mucho con la energía que se quiere conseguir. Las partículas cargadas como los protones, cuando se aceleran, emiten radiación". Esa radiación no se puede perder, tiene que volvérsele a inyectar a las partículas para que éstas no pierdan su energía. "Es necesario hacer un anillo enorme para que esta radiación sea cada vez más pequeña porque entre más pequeño es el círculo, la emisión es más alta".
¿Por qué nos debe importar el LCH? "Por muchas razones", indicó el científico. "Un proyecto así permite el desarrollo de nuevas tecnologías". Muchos de los dispositivos que se están desarrollando en el LCH, terminarán, según Herrera, aplicándose en diferentes áreas como en las áreas industrial, médica y científica.
"Nuestros países al participar en proyectos así tienen acceso a esa tecnología. Eso permite a nuestros investigadores tener acceso a tecnología de vanguardía".
En estas colisiones, explicó Herrera, se pueden producir objetos extraños y hasta se ha hablado de la creación de micro agujeros negros. "Lo que hay que desmentir es que esto represente un peligro para nuestro planeta o para la seguridad de las personas". "De hecho, nuestro planeta está permanentemente bombardeado por radiación cósmica. Las estrellas en las galaxias están emitiendo constantemente radiación que llega hasta la Tierra. En muchos casos esa radiación es muy alta, mucho más alta que la que tenemos en el acelerador".
"En nuestra atmósfera, en nuestro planeta, en la Luna y en otros planetas están ocurriendo interacciones mucho más violentas que las que reproducimos en el acelerador. Cada segundo, el Universo hace diez billones de veces el experimento del LHC. No hay nada que temer".
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