El futuro de la era espacial está en los viajes comerciales y Florida, sede del Centro Espacial Kennedy de la NASA, se prepara para competir en ese mercado cuando concluya el programa de transbordadores espaciales de EEUU a finales de este año.
En el centro de Florida se ha establecido una vibrante industria espacial con alta tecnología cuyas operaciones están vinculadas con el Centro Espacial Kennedy, considerado como columna vertebral del programa espacial estadounidense.
Pero los analistas pronostican que el sector puede resentirse al desaparecer el programa de transbordadores y para afrontar esta posible recesión, el gobernador de Florida, Charlie Crist, ha puesto en marcha esta semana el proyecto de Ley de Transición y Revitalización Espacial.
El plan establecerá un fondo económico para el desarrollo de nuevos negocios en Florida, la creación de empleos y crecimiento económico cuando llegue el momento de decir adiós al programa.
Crist también apoya un presupuesto de 32,6 millones de dólares que la Asamblea Legislativa estatal tiene previsto incluir en el presupuesto de 2011 para "transformar la industria aeroespacial de Florida y satisfacer las necesidades del futuro".
"Debemos aprovechar las ventajas del talento, la tecnología y la infraestructura (aeroespacial) de Florida, para convertirnos en el principal centro de la exploración espacial comercial y pública", dijo, por su parte, el vicegobernador Jeff Kottkamp.
En esa misma línea están algunos integrantes de la NASA, del Centro Espacial Kennedy, de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, contratistas, expertos y congresistas tanto estatales como federales, que esta semana se pronunciaron al respecto en una Cumbre Estatal de la Industria Espacial que se realizó en Orlando. La cumbre tuvo como objetivo el intercambio de ideas sobre cómo mejorar la industria espacial de Florida en términos de su expansión hacia nuevos mercados, desarrollo tecnológico y el uso aventajado de su infraestructura espacial.
Pese a los anuncios de inyección de recursos y el proyecto de ley, el panorama es sombrío por la pérdida de más de 5.000 empleos en el sector y el futuro incierto que afrontarán miles de personas que trabajan en el programa de transbordadores.
A ello se suma la reciente cancelación del programa Constellation por parte del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y la reducción del presupuesto de la NASA.
"En un principio causa desazón que el presupuesto anual sea mucho menos de lo que proyectábamos, pero al mismo tiempo, es una oportunidad para crecer y buscar nuevas oportunidades", dijo Charles Scales, representante de la NASA sobre el recorte equivalente a 6.000 millones de dólares.
Mark Nappi, representante de la United Space Alliance, contratista de la NASA, destacó que ante la crisis financiera internacional y la desaparición de los programas "se deben buscar estrategias que minimicen la caída y que Florida no pierda su condición de capital espacial de la nación".
Para Bob Walker, representante de la firma de contratistas Wexler y Walker, la transición que enfrenta Florida hacia una industria espacial comercial "tiene que ser acogida sin temor, esta iniciativa no es sorpresa para nadie". Especialmente, agregó, en momentos de crisis financiera internacional, en los que la búsqueda de nuevos mercados y la participación cada vez más expansiva de naciones como Rusia, Francia y Austria obligan a Florida "a reinventarse como un estado amistoso para inversionistas internacionales".
Frank DiBello, director de Space Florida, un organismo estatal que busca posicionar a Florida como un líder internacional en las investigaciones e inversiones aeroespaciales, dijo que el estado enfrenta "un nuevo paradigma" donde al tiempo que compita por ganar más terreno en el mercado global aeroespacial, debe crear alianzas.
"Esto no lo podemos hacer solos, tenemos que trabajar en equipo, compartir y colaborar y aplicar la tecnología para avanzar en la producción de clientes en áreas de protección y seguridad cibernética y producción agrícola", entre otros.
Según DiBello, Florida está considerando ampliar sus puertos aeroespaciales y de lanzamientos más allá de Cabo Cañaveral y Cape Field, con el objetivo de convertirlos en una "red flexible que atraería más lanzamientos comerciales".
Florida en la actualidad tiene apenas el 3% de participación en el mercado aeroespacial comercial en el que Francia y Rusia llevan la delantera.
"El 97 por ciento debe verse como oportunidades de mercado para Florida", dijo Bob Cabana, director del Centro Espacial Kennedy, reiterando que el futuro de la industria espacial de Florida implicará no sólo competencia, sino que también "compartir, desarrollo y colaboración".
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