Durante décadas, los expertos han buscado signos en el Sol que pudieran llevar a predicciones más precisas de las llamaradas solares, que son potentes estallidos de energía que pueden sobrecargar la atmósfera superior de la Tierra y dejar fuera de servicio satélites y las tecnologías terrestres de las que dependen las sociedades modernas. Ahora, una científica del Centro de Predicción del Clima Espacial de NOAA y sus colegas han encontrado una técnica para predecir llamaradas solares con dos o tres días de antelación con una precisión sin precedentes.
La pista buscada desde hace tiempo para una predicción está en los cambios de los retorcidos campos magnéticos que hay bajo la superficie del Sol en los días anteriores a una llamarada, de acuerdo con los autores. Los hallazgos se publicarán el mes que viene en la revista Astrophysical Journal Letters.
"Por primera vez, podemos decir con dos o tres días de adelanto, cuándo y dónde tendrá lugar una llamarada y cómo de grande será", dijo la autora principal Alysha Reinard, físico solar en el Centro de Predicción del Clima Espacial de NOAA y el Instituto Cooperativo de Investigación en Ciencias Ambientales.
La técnica ya es el doble de precisa que los métodos actuales, de acuerdo con los autores, y se espera mejorar esa cifra cuando se refine su trabajo en los próximos años. Con esta técnica, deberían ser posibles observaciones y avisos fiables antes del próximo máximo de manchas solares, previsto para 2013. Actualmente, los hombres del tiempo ven regiones de manchas solares complejas y envían alertas de que puede estallar una gran llamarada, pero el cuándo y el dónde no pueden saberlo.
Las llamaradas solares son súbitos estallidos de energía y luz procedentes de los campos magnéticos de las manchas solares. Durante una llamarada, los fotones viajan a la velocidad de la luz en todas las direcciones del espacio, llegando a la atmósfera superior de la Tierra -a 150 millones de kilómetros del Sol- en apenas 8 minutos.
Casi instantáneamente, los fotones pueden afectar a los satélites de órbita alta del Sistema de Posicionamiento Global (GPS), creando importantes retardos temporales y modificando las señales de posicionamiento en hasta unos 50 metros, poniendo en peligro la agricultura de precisión, las perforaciones petrolíferas, las operaciones militares y aéreas, transacciones financieras, avisos de desastres y otras funciones críticas que dependen de la precisión del GPS.
"Dos o tres días de adelanto pueden marcar la diferencia entre salvaguardar las tecnologías avanzadas de las que dependemos cada día para ganarnos la vida y nuestra seguridad, y la pérdida catastrófica de esas capacidades y billones de dólares por la interrupción del comercio", dijo Thomas Bogdan, director del Centro de Predicción del Clima Espacial de NOAA.
Reinard y Justin Henthorn de la Universidad de Ohio estudiaron detenidamente mapas detallados de más de 1.000 grupos de manchas solares, conocidas como regiones activas. Los mapas se construyeron a partir de datos de ondas sonoras del Grupo de Red de Oscilación Global de la Fundación Nacional de Ciencia.
Reinard y Henthorn encontraron el mismo patrón en una región tras otra: los giros magnéticos se estiraban hasta el punto de ruptura, estallaban en una gran llamarada, y se desvanecían. Establecieron que el patrón podría usarse como una herramienta fiable para predecir llamaradas solares.
"Estos movimientos recurrentes del campo magnético, que se desarrollan bajo la invisible superficie solar, son la pista que necesitábamos para saber que se aproxima una gran llamarada... y cuándo", dijo Reinard.
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