
Unos meses atrás, Frank y su colega Eric Blackman, profesor de física y astronomía, formaron parte de lo que él llamó "uno de los más grandes experimentos astrofísicos hechos hasta el momento". Recrear un evento estelar en un laboratorio es sumamente difícil, tal como señala Frank, dado que muchos fenómenos astrofísicos requieren de una estrella completa, algo difícilmente abordable en un laboratorio.
Sin embargo, Frank junto con el equipo del profesor Sergey Lebedev, del Departamento de Física del Imperial College de Londres, reprodujo la física de un chorro estelar en un laboratorio, y ésta concordó increíblemente bien con la física conocida de los chorros estelares reales. Ahora, el Departamento de Energía del gobierno estadounidense ha otorgado a Frank y a su equipo 2,8 millones de dólares para llevar el experimento al siguiente nivel.
Junto con investigadores de la Universidad Rice y la Universidad de California en San Diego, Frank y Lebedev repetirán el experimento inicial y llevarán a cabo otros nuevos en la Máquina Z, un poderosísimo generador de rayos X de los Laboratorios Nacionales de Sandia. La nueva subvención permitirá a Frank y su equipo reproducir un chorro estelar con más precisión aún, así como hacer nuevas observaciones astronómicas para averiguar cómo exactamente los chorros estelares evolucionan en la naturaleza.
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