Los primeros análisis del Ares I-X

La NASA acaba de anunciar que el cohete propulsor del Ares I-X, que realizó su primer vuelo y que podría ser el cohete que devuelva el hombre a la Luna, estaba dañado y abollado cuando cayó al Atlántico. La culpa, al parecer, puede haber sido de un paracaídas defectuoso.


Luego del exitoso lanzamiento del cohete Ares I-X comenzó el trabajo de análisis de los datos obtenidos a partir de los sensores instalados en el cohete, así como también de los restos recuperados desde el mar... es así como la agencia espacial se ha percatado de que el propulsor del cohete espacial estaba dañado luego de su caída al mar.

Estas abolladuras y daños se habrían producido debido al funcionamiento defectuoso de uno o más de los paracaídas usados para amortiguar la caída sobre el agua.

Un portavoz de la NASA no quiso aclarar si los tres paracaídas que deben suavizar la caída del primer estadio del cogete al mar se abrieron adecuadamente. Los daños en el cohete fueron detectados por el equipo de submarinistas (en la foto) que recuperaron el propulsor tras su caída.

El despegue y el vuelo de Ares I-X, sin embargo, fue todo un éxito. Y la escena proporcionó algunas imágenes de gran belleza, como las publicadas durante estos días en el blog. Cuando un avión o cohete supera la barrera del sonido (340 metros por segundo) y el aire de alrededor es lo suficientemente húmedo, se produce una súbita condensación del vapor de agua que hay en suspensión como consecuencia del brusco cambio de presión que provoca la aceleración del cohete. El resultado es esa especie de 'anillo de nubes' que rodea al Ares I-X al poco de su despegue como se puede ver en las fotografías. El fenómeno, cuyo exacto desarrollo no está aún explicado, se conoce como Singularidad de Prandtl-Glauert.

Ahora debemos esperar a que la NASA entregue el informe final con todos los resultados obtenidos del lanzamiento, junto con las medidas que se deberán adoptar para corregir los problemas presentados.

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