Los responsables del futuro telescopio gigante de 30 metros de diámetro, un proyecto liderado por instituciones de EE UU en colaboración con Canadá y Japón, han elegido Mauna Kea, en Hawai, para ubicar el observatorio. Cerro Armazones, en Chile, era el otro lugar considerado para instalarlo, pero finalmente ha sido descartado. El telescopio de 30 metros (TMT, en sus siglas en inglés) estaría terminado en 2018 y los astrónomos esperan captar con él la luz de las primeras estrellas y galaxias que se formaron en el universo, analizar la formación de planetas alrededor de otros astros y verificar varias teorías fundamentales de física y cosmología. También Europa prepara su telescopio gigante, que será de 42 metros, pero el Observatorio Europeo Austral (ESO) no decidirá hasta el año que viene su ubicación, aunque la elección estadounidense por el hemisferio Norte condiciona en gran medida la que tomen los europeos.
El espejo principal del TMT estará formado por 492 segmentos y tendrá un área colectora de luz nueve veces superior a los mayores telescopios ópticos actuales, informa el consorcio del observatorio. La gran máquina científica integrará "las últimas innovaciones en control de precisión y óptica adaptativa para corregir el efecto difusor de la atmósfera terrestre, con lo que se logrará prácticamente una claridad de imágenes equivalente a la de los telescopios situados en el espacio". El TMT se basará en la experiencia desarrollada con los dos telescopios de 9,8 metros Keck, que funcionan en Hawai desde 1993 y 1996, respectivamente. En Mauna Kea hay, además, otros dos grandes telescopios de este rango en operación. El Subaru Japonés y el Gemini Norte (con otro idéntico en Chile, el Gemini Sur).
Para tomar la decisión final sobre la ubicación del TMT los responsables han contado con la información exhaustiva de varios posibles lugares del planeta tomada desde satélites y completada con medidas en cada sitio acerca de la transparencia del aire, la humedad, la estabilidad, etcétera. Antes de comenzar la construcción del nuevo observatorio en Mauna Kea, el consorcio del TMT tiene que hacer su propuesta y obtener el permiso de Utilización y Conservación del Distrito que debe dar el Departamento de Territorio y Recursos Naturales de Hawai.
El coste de construcción del TMT asciende a 300 millones de dólares (210 millones de euros), a los que se añaden las contribuciones canadienses (la cúpula, la estructura del telescopio y el sistema de óptica adaptativa de primera luz). En el proyecto se han invertido ya 77 millones de dólares (54 millones de euros) en las fases preliminares de diseño y desarrollo.
Con esta iniciativa los estadounidenses quieren asegurarse la primera posición en el panorama de la astronomía internacional en cuando se refiere a observatorios gigantes, como lo hicieron con la generación anterior de de grandes telescopios, con sus dos Keck, que se inauguraron varios años antes que los europeos del conjunto VLT (cuatro telescopios de 8,2 metros y varios más pequeños), aunque éstos sean más modernos y completos. Pero ahora los europeos no quieren retrasarse y también planean tener listo su telescopio gigante E-ELT (Telescopio Europeo Extremadamente Grande, en sus siglas en inglés) para 2018 aproximadamente, con la diferencia de que este instrumento tendrá un espejo principal de 42 metros de diámetro formado por, al menos, mil segmentos hexagonales de cinco centímetros de grosor.
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