La ambición de Estados Unidos de volver a enviar astronautas hacia la Luna, como preludio de misiones a Marte, podría quedar trabada por restricciones presupuestales, cuando el país celebra el 20 de julio los 40 años de la conquista del satélite natural de la Tierra.
Luego de la catástrofe del transbordador Columbia en 2003, el entonces presidente de Estados Unidos George W. Bush decidió poner fin a los vuelos de las tres naves en 2010 y dar a cambio a Estados Unidos ambiciosos proyectos espaciales con el programa Constellation.
Éste comprende un regreso de los estadounidenses a la Luna hacia 2020, seguido de vuelos a Marte. Aunque no rechazó estos objetivos, el presidente estadounidense, Barack Obama, nombró una comisión de expertos para que examinen el programa y entreguen conclusiones hacia fines de agosto.
Los transbordadores que vuelan desde 1981 fueron concebidos para transportar equipamiento pesado y voluminoso con una tripulación de siete astronautas. Permitieron la construcción de la Estación Espacial Internacional (ISS).
Pero con esto Estados Unidos se quedó demasiado tiempo en órbita baja, deploró reiteradas veces Michael Griffin, ex director de la NASA y uno de los creadores de Constellation. Por otro lado, nuevos rivales como China reafirman ahora sus ambiciones espaciales.
"Pienso que deberíamos regresar a la Luna, que está tan sólo a unos pocos días de viaje, para prepararnos a un vuelo de varios meses hacia Marte", explicó.
"El objetivo final es establecer colonias humanas en el Sistema Solar", había declarado en el Congreso al presentar Constellation.
Pero el presupuesto de la NASA no es suficiente para cubrir el costo de los proyectos de Constellation: la cápsula Orión -una versión más espaciosa y avanzada del módulo lunar Apollo- y los cohetes Ares I y Ares V, necesarios para ponerlo en órbita.
Ares I debe lanzar a Orion y Ares V, más potente y aún sin construir, transportará los equipamientos pesados para misiones lunares y marcianas.
"La NASA simplemente no puede llevar a cabo los objetivos de regreso a la Luna de aquí a 2020" con el presupuesto destinado a la exploración espacial, es decir 6.000 millones de dólares en 2009, anunció a mediados de junio el senador demócrata Bill Nelson (Florida, sureste), un ex astronauta, durante la primera sesión de la comisión nombrada por Obama.
El costo total estimado para Constellation es de unos 150.000 millones de dólares.
Además, el costo estimado de Ares I se disparó pasando de 28.000 millones de dólares en 2006 a 44.000 millones en 2015.
Nelson también deploró que entre 2010 y 2015 Estados Unidos no tendrá transbordadores disponibles para trasladar a sus astronautas hacia la ISS y dependerá de las naves rusas Soyuz.
Por otro lado, un grupo de ingenieros de la NASA, críticos del concepto de Ares I, trabajan en un proyecto paralelo llamado Jupiter Direct, que estudia la posibilidad de construir otro tipo de cohete basándose en el concepto del actual transbordador, con una cápsula como Orion y utilizando tecnologías que ya existen.
Este proyecto, ya avanzado, sólo costaría 14.000 millones de dólares, así como fue presentado a la comisión de expertos.
El presidente de esa comisión, Norman Augustine, ex director de Lockheed Martin, explicó que la decisión sólo depende del aspecto financiero.
"Tenemos la tecnología para llevar a los humanos a Marte pero el asunto es saber cuáles son nuestros medios", se interrogaba recientemente.
"Francamente, sólo se trata de un asunto de dinero", añadió Augustine, en referencia a la crisis económica y a la explosión del déficit presupuestal estadounidense.
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