Asia se rinde a la visión del mayor eclipse solar del siglo


Asia giró el cuello ayer hacia el cielo para disfrutar del eclipse total de Sol más largo del siglo. Durante varios minutos, el día se hizo noche y el único rastro del Sol fue su corona, un anillo de luz blanca que se extiende un millón de kilómetros por encima de su superficie. No habrá un eclipse tan largo hasta el año 2132.
Se calcula que más de 2.000 millones de personas pudieron seguir en directo el eclipse, que cubrió zonas de China y la India, los países más poblados del mundo. El fenómeno fue visible a través de un pasillo de 250 kilómetros que avanzó también a través de Bangladés, Nepal, Bhután y Myanmar antes de dirigirse al Pacífico. En las islas Bonin, al sur del Japón, el eclipse alcanzó su mayor duración: un total de seis minutos y 39 segundos.

El alineamiento de la Luna con el Sol fue el colofón a una semana en la que los medios chinos se han volcado con el eclipse. Las cadenas estatales siguieron en directo el fenómeno a medida que la oscuridad avanzaba a lo largo de la cuenca del Yantsé, con conexiones en Chengdu, Chongqing, Wuhan, Hangzhou o Shanghái. El eclipse pudo verse con mayor claridad en el centro de China, mientras que las nubes y la lluvia arruinaron buena parte del espectáculo en Shanghái.
El eclipse ha estimulado el turismo en el gigante asiático, adonde han llegado miles de visitantes de todo el mundo. Encontrar una habitación libre en un hotel Shanghái se ha convertido estos días en una quimera. Uno de los hoteles más elitistas de Shanghái había vendido días atrás todos sus desayunos con eclipse, una fórmula que permitía disfrutarlo desde uno de los puntos más altos de la megalópolis. En el Parque de las Esculturas, otro observatorio privilegiado, se agotaron las 2.000 entradas con camiseta conmemorativa y gafas incluidas.
Miles de cazadores de eclipses han peregrinado hacia el pueblo indio de Taregna, en el estado de Bienhar, señalado por los astrofísicos como el epicentro del fenómeno en la Tierra. Una agencia fletó un Boeing 737 que despegó desde Nueva Delhi antes del alba para “interceptar” el eclipse a 12.500 metros de altura. Los 21 asientos encarados al sol se vendieron por 1.200 euros.
Los eclipses forman parte de la mitología china. Es famosa la leyenda del gigante Kua Fu persiguiendo al Sol a través del cielo para terminar con la sequía. Y se les relaciona con desastres y caídas de dinastías.

Para acabar con esas patrañas, los científicos se han prodigado estos días en dar explicaciones en los medios chinos. También en la India se desconfía de ellos. Según una vieja creencia, mientras el Sol permanece tapado, los alimentos y el agua se vuelven perjudiciales para la salud. Miles de indias han adelantado el parto con cesáreas para evitar que coincidiera con el eclipse.

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