El cúmulo CL J1449+0856. Crédito: ESO/R. Gobat y otros |
Los cúmulos de galaxias son las estructuras más grandes en el Universo que se sostienen gracias a su propia gravedad. Los astrónomos suponen que estos cúmulos crecen a través del tiempo, de ahí que los cúmulos masivos sean tan raros en el Universo primordial. Sin bien se han podido observar cúmulos de galaxias incluso más lejanos que éste, parecen ser cúmulos jóvenes en proceso de formación y no sistemas maduros asentados.
Un equipo internacional de astrónomos utilizó los poderosos instrumentos VIMOS y FORS2 del Very Large Telescope (VLT) de ESO, en la Región de Antofagasta en Chile, para medir la distancia de algunos tenues objetos rojizos dentro de una curiosa mancha observada previamente por el telescopio espacial Spitzer. Esta agrupación, llamada CL J1449+0856, poseía todos los rasgos de un cúmulo de galaxias remoto. Los resultados mostraron que efectivamente estaban observando un cúmulo de galaxias tal como era cuando el Universo tenía unos tres mil millones de años, menos de un cuarto de su edad actual.
Una vez que el equipo supo la distancia a este raro objeto su atención se dirigió hacia las galaxias que lo componen, usando para este fin el Telescopio Espacial Hubble NASA/ESA y telescopios basados en tierra, incluyendo el VLT. La evidencia encontrada sugiere que la mayoría de las galaxias en este cúmulo no poseía estrellas en formación, sino que estaba compuesta por estrellas de unos mil millones de años de edad. Esto lo convierte en un cúmulo maduro, similar en masa al cúmulo de Virgo, el cúmulo numeroso más cercano a la Vía Láctea.
Observaciones en rayos X realizadas con el observatorio espacial XMM-Newton de ESA al objeto CL J1449+0856, proporcionaron evidencia adicional que apoya la opción de un cúmulo maduro. El cúmulo está emitiendo rayos X que provendrían de una nube muy caliente de gas tenue que inunda el espacio entre las galaxias y que se concentra hacia el centro del cúmulo. Este es otro signo de un cúmulo de galaxias maduro, que se mantiene firmemente unido gracias su propia gravedad, mientras que los cúmulos muy jóvenes no han tenido tiempo de atrapar gas caliente en esta forma.
Como concluye Gobat: "Estos nuevos resultados apoyan la idea de que los cúmulos maduros existían cuando el Universo tenía menos de un cuarto de su edad. Este tipo de cúmulos son supuestamente muy escasos según la teoría actual, por lo que hemos sido muy afortunados al poder encontrar uno. Sin embargo, si observaciones posteriores detectan muchos otros, esto podría significar que nuestra comprensión del Universo primitivo necesita ser revisada".
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