Descubren un nuevo púlsar con ordenadores de voluntarios

Los ordenadores de algunos de los cientos de miles de voluntarios que ceden sus equipos dentro del proyecto de colaboración computacional "Einstein@Home" han permitido descubrir un nuevo y raro púlsar en la Vía Láctea. Los datos los ha proporcionado el Observatorio de Arecibo.

Fotografía del Radiotelescopio de Arecibo
Radiotelescopio de Arecibo, Puerto Rico.
Los ciudadanos Chris y Helen Colvin, de Ames (Iowa, EE.UU.), y Daniel Gebhardt, de la Universidad de Mainz (Musikinformatik, Alemania) han sido los tres voluntarios del proyecto Einstein@Home a los que se les ha reconocido "oficialmente" el descubrimiento de un nuevo púlsar en la Vía Láctea. Pero los tres forman parte de un grupo mucho mayor que ceden la capacidad de sus equipos cuando no están trabajando.

Sus ordenadores, junto con otros 500.000 de todo el mundo, analizan datos para Einstein@Home, que utiliza tiempo donado de los ordenadores de las casas y las oficinas de 250.000 voluntarios de 192 países diferentes (como promedio los donantes aportan dos ordenadores por persona).

Los tres voluntarios han descubierto las ondas de radio de un nuevo púlsar ocultas entre los datos recopilados por el Observatorio de Arecibo en Puerto Rico. Este es el primer descubrimiento realizado en el espacio lejano por Einstein@Home.

El nuevo púlsar, llamado PSR J2007+2722, es una estrella de neutrones que realiza 41 rotaciones por segundo. Se encuentra en la Vía Láctea, aproximadamente a 17.000 años-luz de la Tierra, en la constelación Vulpecula. A diferencia de la mayoría de los púlsares que giran de forma tan rápida y uniforme, PSR J2007+2722 está solo en el espacio, sin ninguna otra estrella que orbite junto a él.

Los astrónomos lo consideran especialmente interesante, porque probablemente sea un púlsar que ha perdido a su compañera. No obstante, no pueden descartar que se trate de un púlsar joven nacido con un campo magnético más débil de lo habitual.

Ciencia desde casa

Einstein@Home, que tiene sus sedes en el Centro de Gravitación y Cosmología de la Universidad de Wisconsin (EE.UU.) y en el Instituto Max Planck de Física Gravitacional (Instituto Albert Einstein en Hannover, Alemania), ha estado buscando ondas gravitatorias en los datos del Observatorio LIGO de Estados Unidos desde 2005.

A partir de marzo de 2009, se empezó a buscar también señales de radio de púlsares en las observaciones astronómicas del Observatorio de Arecibo, en Puerto Rico. Arecibo es el radiotelescopio más grande y sensible del mundo, y está gestionado por la Universidad de Cornell (EE.UU.). Alrededor de un tercio de la capacidad de los ordenadores de Einstein@Home se utiliza para buscar en los datos de Arecibo.

"Este es un momento emocionante para Einstein@Home y nuestros voluntarios. Esto demuestra que la participación ciudadana puede servir para descubrir cosas nuevas en nuestro universo. Espero que sirva de inspiración a más personas para que se unan a nosotros y contribuyan a encontrar otros secretos ocultos en los datos", dice Bruce Allen, director del proyecto Einstein@Home y del Instituto Max Planck de Física Gravitacional, y catedrático adjunto de física en la Universidad de Wisconsin.

Los autores del artículo son un estudiante de posgrado de Allen, Benjamin Knispel, del Instituto Albert Einstein, Alemania; Bruce Allen; James M. Cordes, catedrático de astronomía en Cornell y presidente del Consorcio Pulsar ALFA, y un equipo de colaboradores. Se trata del primer descubrimiento astronómico auténtico realizado por un proyecto informático compartido entre ciudadanos voluntarios.

"Independientemente de las demás cosas que averigüemos sobre él, está claro que este púlsar va a ser extremadamente interesante para comprender la física básica de las estrellas de neutrones y el modo en que se forman. Para descubrirlo, ha sido necesario un sistema complejo del que forman parte el telescopio de Arecibo y los recursos informáticos del Instituto Albert Einstein, el Centro Cornell de Informática Avanzada y la Universidad de Wisconsin, Milwaukee, a fin de poder enviar los datos a los voluntarios de Einstein@Home de todo el mundo", indica Cordes.

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