Pequeño mundo más allá de Neptuno está cubierto de hielo

Objeto del cinturón ocultando la luz de una estrella.

Una pequeña roca espacial que orbita el Sol más allá de Neptuno está completamente cubierto de hielo de agua, según un nuevo estudio que permitió a los astrónomos calcular el tamaño del objeto al verlo pasar por delante de una estrella.

El helado y rocoso cuerpo -apodado KBO 55636- se encuentra en una región externa de nuestro Sistema Solar llamado Cinturón de Kuiper, que contiene al menos 70.000 pequeños cuerpos orbitando más allá de Neptuno. La región se extiende a unas 70 veces la distancia entre el Sol y la Tierra. El ex-planeta Plutón, ahora clasificado como "planeta enano", es también un objeto del Cinturón de Kuiper.

Conocer detalles sobre estos objetos suele ser algo difícil porque son relativamente pequeños, distantes y tenues.

Los investigadores decidieron probar un nuevo método para estimar el tamaño del cuerpo mientras este pasaba frente de una estrella distante, un acontecimiento conocido como ocultación estelar. Los astrónomos midieron el tiempo que le llevó al cuerpo para pasar por delante de la estrella de manera que esta volviese a brillar después de sufrir un oscurecimiento.

Esta medición de tiempo, combinada con la velocidad ya conocida del objeto, permitió a los científicos estimar que KBO 55636 tiene alrededor de 143 km de ancho.

Los astrónomos utilizaron el tamaño del cuerpo y lo relacionaron con su brillo para estimar su albedo, que es una medida de la intensidad con que refleja la luz.

"Resultó ser muy alto, casi el 90 por ciento", dijo el investigador James Elliot, un astrónomo del MIT en Cambridge, Massachusetts. "Es consistente con una superficie que tenga un alto grado de reflexión, muy parecida a hielo de agua".

El descubrimiento fue sorprendente puesto que un cuerpo tan antiguo y distante debería resultar erosionado por el ambiente espacial, teniendo un tono más apagado.

"Los objetos que orbitan tan lejos en el espacio generalmente se oscurecen por la acumulación de polvo", dijo Elliot a Space.com. "No tenemos una explicación para que se haya mantenido tan prístino".

Los investigadores creen que KBO 55636 podría haberse fragmentado de un cuerpo mayor del cinturón, el planeta enano Haumea, cuando dicho cuerpo se vio impactado por una roca espacial más pequeña y trozos de su superficie helada se rompieron.

Los astrónomos han intentado usar el método de la ocultación estelar antes de estudiar los objetos del Cinturón de Kuiper, pero hasta ahora no se había tenido éxito puesto que es muy difícil capturar el tránsito en el momento preciso y en el sitio correcto.

Con el fin de aumentar sus posibilidades, Elliot y sus colegas dirigieron 18 telescopios distintos situados en varios lugares a lo largo de la Tierra para asegurarse de que al menos uno tuviera una visión perfecta.

"La idea era contrarrestar el error en la predicción de la órbita cubriendo varios lugares en la Tierra de manera que las probabilidades de perder la ocultación fueran muy bajas", dijo Elliot.

El plan tuvo éxito, y los investigadores lograron capturar al menos un episodio de ocultación.

Debido a que las edades de los objetos del Cinturón de Kuiper se remontan a los primeros tiempos del Sistema Solar, el descubrimiento ayuda a los científicos a tener una construir una mejor idea de su historia a través del tiempo.

"Con el estudio de estos cuerpos y de que están compuestos, podemos inferir las condiciones primitivas del Sistema Solar cuando se formaron los planetas", dijo Elliot.

Los astrónomos detallan sus descubrimientos en la edición del 17 junio de la revista Nature.

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1 comentarios:

Anónimo dijo...

que chido

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