Hinode descubre el origen de la llamarada de luz blanca

Imágenes de luz blanca de la superficie solar observadas por
el Telescopio Óptico Solar Hinode a las 22:07 UT, antes de la
llamarada del 14 de diciembre de 2006.

Un equipo de investigación conjunto entre Japón y Estados Unidos ha identificado el origen de la emisión de luz blanca en las erupciones solares. El equipo, dirigido por el Dr. Watanabe Kyoko, un proyecto aeroespacial de investigación asociado a la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA), hizo su descubrimiento al analizar cuantitativamente una llamarada solar de clase X, que fue observada por los dos satélites solares de observación: Hinode y la misión RHESSI (Ramaty High Energy Solar Spectroscopic Imager) del programa SMEX de la NASA.

El origen de la emisión de luz blanca no había sido aclarado desde su descubrimiento hace 150 años.

Una erupción solar es la explosión más energética observada en el Sistema Solar. Las diferentes formas de ver las fulguraciones solares son rayos-X, radio y líneas espectrales cromosféricas. Un gran porcentaje de las fulguraciones son reconocidas como resultado de brillos asociados en el espectro de luz visible, y por eso se llaman llamaradas de luz blanca.

El astrónomo británico Richard Carrington hizo la primera observación de erupciones solares en 1859 al dibujar los detalles de las manchas solares, incluyendo rasgos brillantes que a veces corresponden a las emisiones de luz blanca. Sin embargo, la aparición de tales emisiones es poco frecuente, dejando el mecanismo de su creación poco claro.

El Telescopio Óptico Solar (SOT), a bordo del satélite de observación solar Hinode, ofrece imágenes de luz blanca, permitiendo a los científicos por primera vez estudiar con precisión el brillo y sus variaciones en el transcurso del tiempo. Las observaciones de Hinode completadas hasta el momento indican que muchas fulguraciones solares van acompañadas de emisiones de luz blanca. Hinode fue lanzado el 23 de septiembre de 2006 por JAXA, en colaboración con la NASA y con socios de la agencia espacial del Reino Unido, Noruega, Europa y el Observatorio Astronómico Nacional de Japón.

Las emisiones de luz blanca fueron observadas por el Telescopio Solar Óptico durante una llamarada de clase X que ocurrió a las 22:09 UT del 14 de diciembre 2006. El satélite RHESSI registró simultáneamente las emisiones de rayos X duros, un indicador de que los electrones no térmicos son acelerados por las erupciones solares. El equipo encontró que la posición espacial y los cambios temporales de las emisiones de luz blanca se correlacionan con el de las emisiones de rayos X duros.

Por otra parte, la energía de las emisiones de luz blanca es equivalente a la energía suministrada por todos los electrones acelerados a más de 40 keV (alrededor de 40% de la velocidad de la luz). Este hallazgo sugiere fuertemente que los electrones muy acelerados son los responsables de producir las emisiones de luz blanca.

Los rayos X duros son emitidos cuando los electrones acelerados en la densa atmósfera impactan cerca de la superficie solar. Normalmente, las emisiones de luz blanca proceden principalmente de la superficie solar, mientras que los electrones de 40 keV pueden penetrar en la atmósfera cerca de 1.000 km sobre la superficie solar, es decir, la cromosfera.

La aceleración de partículas es uno de los muchos misterios que rodean las erupciones solares. El modelado de la transferencia de energía de las partículas de alta energía en la atmósfera solar es un tema importante para seguir mejorando nuestro entendimiento sobre la aceleración de partículas.

Las partículas fuertemente aceleradas pueden viajar hacia la Tierra y causar tormentas geomagnéticas, lo que provoca impactos en los satélites que orbitan la Tierra y en las actividades humanas en la superficie.

Actualmente, con la actividad solar aumentando gradualmente después de un largo período de actividad energética de mínima actividad, los físicos solares están esperando que con el aumento de la actividad solar Hinode tenga nuevas oportunidades para observar las llamaradas solares y extender sus observaciones.

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