El director del Museo, Esteban Manrique, señaló que la exposición quiere apostar por la concienciación de la sociedad en el cuidado del planeta. "Los seres vivos que habitan la Tierra necesitan de un medio físico donde asentarse. Son las rocas, los minerales y el suelo los que componen este soporte, y a ellos está dedicada la exposición", dijo.
La exhibición, que tendrá carácter permanente, muestra las mejores piezas de los fondos de meteoritos, minerales y rocas del Museo. Como ejemplo se destaca el llamado "azufre de Conil", recogido en el siglo XIX y con un tamaño de casi 10 centímetros. También se destaca un tubo de arenas mezcladas de platino, oro, piroxeno y diamante, traído desde el río Chocó (Colombia) por Antonio de Ulloa en 1746, indican los organizadores.
Además, apuntan que habrá una sección dedicada a la historia de la geología y una colección de joyería, como la colección de esmeraldas de Colombia (tanto en bruto como pulidas); las pepitas de oro traídas de América del Sur en la época de los descubrimientos y el llamado "espejo inca" (que es en realidad azteca): una lámina de obsidiana extremadamente pulida, que data del siglo XVII y que los chamanes utilizaban para ver el futuro.
Manrique subrayó que el inicio de la muestra coincide con la apertura al público, después de casi dos años de obras y completamente renovada, del primer tramo del ala de Geología y Paleontología del Museo. "En los próximos meses, y conforme terminen los trabajos de instalación, se irá abriendo al público el resto del ala, que acogerá sendas exposiciones sobre evolución humana y fósiles", puntualizó.
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