Se ha descubierto que la estrella de neutrones situada en el centro del remanente de supernova conocido como "Cassiopeia A" posee una atmósfera ultradelgada de carbono. Esta atmósfera está distribuída uniformemente por la estrella de neutrones, explicando así la razón por la que no se detectan pulsaciones procedentes de este objeto.
El telescopio de rayos X de la NASA, Chandra, ha resuelto un misterio astronómico investigado por los científicos desde hace una década, una atmósfera de carbono en torno a una estrella de neutrones, según publica la revista Nature.
El fenómeno se ha descubierto entre los restos de la explosión de una estrella masiva en la constelación de Casiopea hace 300 años, en el área denominada Casiopea A, que representa al remanente de una supernova.
Una estrella de neutrones, como su nombre indica, está compuesta casi en su totalidad por neutrones. Este astro de gran densidad (una masa de aproximadamente 100 millones de toneladas por centímetro cúbico) es un remanente estelar dejado por una estrella supergigante, después de agotar el combustible nuclear en su núcleo y explotar como una supernova. Éstas posteriormente evolucionarán en enanas blancas o en agujeros negros.
"Esta estrella compacta en el centro de este famoso remanente de supernova ha supuesto un enigma para la comunidad científica en los últimos diez años. Ahora entenedemos finalmente que puede ser producido por una estrella de neutrones caliente con una atmósfera de carbono", explicó el profesor de la Universidad de Southampton (Reino Unido), Wynn Ho.
Normalmente la viejas estrellas de neutrones, que demoraron entre 10.000 y 100.000 años en enfriarse, tienen una atmósfera de hidrógeno y helio. En este caso el carbono procede de la combinación de materiales que han surgido de la explosión de la supernova y de reacciones nucleares en la superficie más caliente de la estrella de neutrones, que convierte el hidrógeno y el helio en carbono.
Las propiedades de esta atmósfera de carbono son extraordinarias. Sólo tiene unos 10 cm de grosor, tiene una densidad similar a la del diamante y una presión mayor que diez veces la presión que hay en el centro de la Tierra. Al igual que ocurre con la atmósfera de la Tierra, la extensión de la atmósfera en una estrella de neutrones es proporcional a la temperatura atmosférica e inversamente proporcional a la gravedad en la superficie. Esto explicaría la ausencia de pulsaciones en rayos X ya que esta estrella de neutrones tiene pocas posibilidades de mostrar cambios en su intensidad mientras gira.
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