La NASA realizará mañana martes el primer vuelo de prueba de su nuevo lanzador Ares 1, que para 2015 debería propulsar la cápsula Orion, sucesora del transbordador, en un momento de incertidumbre sobre qué rumbo tomará el programa espacial estadounidense.
El lanzamiento del cohete de casi 100 metros de altura (99,6 metros para ser más exacto) está previsto para las 12H00 GMT desde la plataforma 39B del Centro espacial Kennedy.
Solo el primer piso de Ares 1-X (X significa experimental) derivado de los dos cohetes de apoyo del transbordador espacial será puesto a prueba; el segundo piso y la carga útil son réplicas que caerán luego en el Atlántico.
Este vuelo de apenas dos minutos y medio permitirá hacerse una primera idea sobre la estabilidad y seguridad del lanzador. Los numerosos datos recolectados provendrán de más de 700 captores repartidos en el conjunto de Ares 1-X y requerirán meses de análisis.
"El lanzador está en perfecto estado, no hay ningún problema técnico", indicó el viernes Bob Ess, responsable del programa Ares 1-X en una conferencia de prensa, precisando que los equipos de la NASA trabajaban desde hacía tres años en ese proyecto.
La meteorología podría no obstante comprometer la prueba el martes, y generar una postergación. Pero el cielo no es la única incertidumbre que pesa sobre Ares 1 y el programa 'Constellation', lanzado en 2004 por el ex presidente George W. Bush tras la catástrofe del transbordador Columbia en 2003. La comisión de expertos creada por el presidente Barack Obama poco después de asumir remitió el jueves su informe final a la Casa Blanca, que debe resolver si seguirá con el programa.
El resumen de las principales conclusiones y las cinco grandes opciones propuestas por la comisión ya habían sido divulgadas en agosto y debatidas en audiencias del Congreso. La principal constatación es que el presupuesto otorgado a la NASA para Constellation no alcanza. La comisión estima que la agencia espacial necesita el menos 3.000 millones de dólares más por año para poder realizar misiones habitadas más allá de la órbita terrestre, donde se ha quedado desde hace 30 años con la construcción de la Estación Espacial Internacional (ISS).
Constellation prevé el retorno de los estadounidenses a la Luna para 2020 y luego misiones habitadas hacia Marte. Para eso está prevista la construcción de la cápsula Orion, el cohete Ares 1 para propulsarla y un lanzador más potente, Ares 5, para poner en órbita equipamientos pesados destinados a misiones sobre la Luna, como un aterrizador lunar.
Los miembros de la comisión ofrecen además otro escenario denominado "flexible path" ('camino flexible') que, en vez de llegar al suelo lunar, propone vuelos habitados hacia asteroides y sobrevuelos cercanos a la Luna y Marte que no requieran aterrizajes complicados.
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