Evidencia de un gigante impacto cósmico

El Telescopio Espacial Spitzer de NASA encontró evidencia de una veloz colisión entre dos planetas alrededor de una estrella.

Los astrónomos dicen que dos cuerpos rocosos, uno de al menos el tamaño de nuestra Luna y el otro tan grande como Mercurio, chocaron entre sí en los últimos miles de años. El impacto destruyó al cuerpo menor, vaporizando grandes cantidades de roca y expulsando masivas nubes de lava al espacio.

Spitzer detectó los signos de las rocas vaporizadas y de las piezas de lava congelada.

"Esta colisión debe haber sido enorme", comentó Carey M. Lisse del laboratorio de física aplicada de la Universidad Johns Hopkins, autor de un reporte científico que describe los hallazgos. Y añadió que se trata de un raro evento, crítico en la información de planetas como la Tierra.

Lisse y colegas creen que la colisión es similar a la que formó a nuestra luna, hace 4 mil millones de años, cuando un cuerpo del tamaño de Marte chocó con la Tierra, según piensan los científicos.

Los investigadores observaron a la estrella HD 172555, que se encuentra a 100 años luz de distancia en la constelación Pavo. La estrella es muy reciente, con apenas 12 millones de años (contra los 4.500 millones de años de nuestro sistema solar). Los astrónomos usaron un espectógrafo para analizar la luz estelar y lo que hallaron fue que el espectro era muy inusual.

Luego de cuidadosos análisis, los investigadores identificaron silicio amorfo, elemento que puede ser encontrado en la Tierra en tectitas (objetos de vidrio natural, de algunos centímetros en tamaño que, de acuerdo a la mayoría de los científicos, se han formado por el impacto de grandes meteoritos) y en rocas volcánicas obsidianas. También detectaron grandes cantidades de gas monóxido de silicio, creado cuando las rocas se vaporizaron, y escombros rocosos.

La masa del polvo y gas observado sugiere la masa combinada de los dos cuerpos era más del doble de la masa de nuestra Luna. Su velocidad debe haber sido tremenda: calculan que los dos cuerpos llevaban una velocidad relativa uno del otro de al menos 10 kilómetros por segundo, antes de la colisión.

Spitzer había observado el polvo generado por otros grandes impactos de asteroides antes, pero no había encontrado evidencia para el mismo tipo de violencia, con rocas vaporizadas y fundidas esparcidas por todas partes. Lisse explicó que casi todos los grandes impactos son mucho más tranquilos y lentos, como el del Titanic contra el iceberg, mientras los nuevos descubrimientos permiten suponer que esta colisión ha sido rápida y feroz.

1 comentarios:

Gerardo Blanco dijo...

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Saludos,

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