Los asteroides entre Marte y Júpiter fueron en su origen cometas sacados de órbita por un brutal desequilibrio creado por los dos planetas mayores hace unos 4.000 millones de años, según un estudio de Nature que da un giro a los conocimientos sobre la formación del sol y su sistema.
Durante este gran descalabro cósmico, que ocurrió 600 millones de años después del nacimiento del sistema solar, la arquitectura de este último fue transformada por la entrada en resonancia orbital de Júpiter y de Saturno, los mayores de los ocho planetas que giran alrededor del Sol, indica el estudio publicado el miércoles.
"La revolución de Saturno alcanza entonces exactamente dos veces la de Júpiter, los dos planetas se cruzan más a menudo, interactúan y lo desestabilizan todo a su alrededor", explica Matthieu Gounelle, investigador del laboratorio de mineralogía y cosmoquímica del Museo Nacional de Historia Natural francés.
"Es entonces cuando los cometas, situados originalmente más allá de la órbita de Júpiter, se integran en el cinturón de asteroides en el que permanecen", especifica Gounelle, en un comunicado publico por el Centro National de Investigaciones Científicas (CNRS, en sus siglas en francés).
En los primeros tiempos del sistema solar, los cuatro planetas gigantes (Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno) evolucionaban en formación compacta a distancias comprendidas entre 5 y 15 veces la de la Tierra al Sol, que se denomina unidad astronómica o UA (alrededor de 150 millones de km).
Más lejos, entre 16 y 30 UA, se encontraban los cometas.
"Al cabo de 600 millones de años, aproximadamente, las órbitas de los planetas gigantes se hicieron inestables. Urano y Neptuno salieron despedidos hacia el exterior por la gravitación" y penetraron en la zona de cometas a los que dispersaron a través del sistema solar, según un estudio publicado por Gounelle y sus compañeros que trabajan en Estados Unidos y en Grecia.
Los investigadores hicieron su descubrimiento a partir de una serie de cálculos sobre la trayectoria de pequeños cuerpos celestes en el marco de un modelo denominado Nice sobre la evolución del sistema solar.
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