Ilustración artística de la sonda japonesa Akatsuki. |
La nave con forma de cometa Ikaros depende de la presión de la luz solar para su propulsión, pero también porta una fina película de células solares dentro de la nave. De esta manera, la nave logra desplazarse utilizando un empuje híbrido: por medio de electricidad y presión (sin necesidad de combustible).
Mientras, la sonda está diseñada para estudiar el clima venusiano con varias cámaras ultravioletas y de infrarrojos (ver infografía), que entre otras cosas permitirán elaborar un detallado mapa de las espesas nubes que cubren el planeta.
Takeshi Imamura, uno de los científicos del proyecto, explica en la página web de JAXA que en la atmósfera de Venus sopla un viento de hasta 400 kilómetros por hora, una velocidad 60 veces mayor que la de la rotación del planeta (un día de Venus corresponde a 243 días terrestres).
"Akatsuki va a investigar el porqué de este misterioso fenómeno", además de estudiar la formación de las nubes de ácido sulfúrico que rodean el planeta y detectar posibles relámpagos, añade Imamura.
Hasta ahora ha habido satélites para elaborar imágenes dinámicas en tres dimensiones de la atmósfera terrestre, pero Akatsuki es la primera sonda de este tipo que Japón enviará para observar otro planeta.
La misión está pensada para complementar los datos de la sonda Venus Express de la Agencia Espacial Europea (ESA), que entró en la órbita del planeta en abril de 2006 con la misión de estudiar en gran detalle la atmósfera mediante su Espectrómetro de Imagen Infrarroja y Visible.
Ikaros, la vela experimental que se mueve gracias a la radiación del Sol. |
Está previsto que la sonda llegue en diciembre de este año a la órbita de Venus, donde permanecerá alrededor de dos años. Sin embargo, sólo Akatsuki tiene un encuentro planetado con Venus, aunque la vela también se lanzará en la misma trayectoria hacia el misterioso planeta.
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