Funcionarios de JAXA anunciaron recientemente que han entrado en la fase final de los preparativos para el lanzamiento de la nueva sonda espacial Akatsuki.
La nave espacial Akatsuki volará muy pronto a nuestro vecino planeta Venus, donde llevará a cabo una misión científica. Esta es la primera misión de Japón a Venus. Tanto Estados Unidos como Rusia ya han enviado sondas a Venus en varias ocasiones, y ha sido explorado y analizado ampliamente, pero ahora la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial (Japan Aerospace Exploration Agency, JAXA) quiere también participar en esta investigación. El objetivo principal de la misión es determinar exactamente por qué Venus, que tiene muchas cosas en común con la Tierra, es tan inhóspito para la vida.
Durante más de diez años, este planeta ha caído en el olvido científico, en el sentido de que las nuevas misiones de investigación habían quedado suspendidas. Pero JAXA está a punto de romper el ciclo el próximo 18 de mayo con el lanzamiento de su nave espacial Venus Climate Orbiter (Akatsuki), que ahora viaja hacia el Centro Espacial de Tanegashima para su lanzamiento. Según científicos de la misión de Akatsuki, uno de los objetivos primordiales de la nueva misión es determinar con precisión el motor que impulsa a la tórrida atmósfera de este planeta para girar alrededor de Venus, a velocidades de hasta 60 veces superiores a la rotación del planeta.
No hay muchos expertos en el espacio que puedan responder a la pregunta de por qué la exploración de Venus resultó suspendida. Las evidencias recogidas en su misión por la nave espacial Venus Express, construida y operada por la Agencia Espacial Europea (ESA), sugieren que el planeta pudo haber estado una vez cubierto por océanos. También parece que su densidad es muy similar a la Tierra, y también los núcleos de los dos planetas son muy similares en su composición. Teniendo en cuenta estos datos, ¿por qué nuestro vecino cambió hasta llegar a ser tan inhóspito para la vida? Descubrir qué cambios llevaron a Venus a esta transformación es uno de los objetivos principales de la nave espacial Venus Climate Orbiter.
Venus se sabe que gira a una velocidad de aproximadamente 6,5 km/h. Los expertos han determinado también que la atmósfera del planeta se mueve alrededor del planeta a unos 400 km/h. Además, este cuerpo está envuelto por nubes de ácido sulfúrico y sufre temperaturas de unos 460 grados Celsius. Esto sucede en gran parte causado por los efectos del calentamiento global, debido a que su atmósfera tiene un 95% de dióxido de carbono. El campo magnético alrededor de Venus es demasiado débil para proteger a cualquier forma de vida contra las fuertes embestidas del viento solar.
Akatsuki medirá las características de las diferentes capas de la atmósfera en el infrarrojo, ultravioleta, infrarrojo y en frecuencias de radio. "De forma más sencilla, podemos considerar a Akatsuki como un satélite meteorológico de Venus, incluso si podría ser un poco más", explica Håkan Svedhem, científico del proyecto para la sonda Venus Express, con base en el Centro de Investigación y Tecnología Espacial Europea en Noordwijk, Países Bajos.
La órbita de Akatsuki la hará especial, explica Svedhem. Venus Express a diferencia de la sonda japonesa tiene una órbita polar, Akatsuki en cambio, describirá una órbita elíptica alrededor del ecuador del planeta. Esto permitirá que el satélite pueda seguir la misma región de la atmósfera en super-rotación hasta 20 horas. "Mediante el seguimiento de las características de las nubes en diferentes longitudes de onda es posible construir una base de datos muy buena para conocer el comportamiento de los modelos climáticos y la super-rotación, a distintas profundidades, durante este tiempo", explica Svedhem.
Con una cámara dedicada a esta finalidad, Akatsuki también podría convertirse en la primera nave espacial que fotografíe los rayos en Venus. Hasta ahora, los rayos sólo han podido evidenciarse por las medidas del magnetómetro de Venus Express.
La superficie del planeta, está llena de cicatrices de estructuras volcánicas, y ambas misiones están buscando evidencias de actividad volcánica actual. La cámara de campo ancho de Akatsuki podrá estudiar franjas mucho más amplias de la superficie cada vez que la sonda Venus Express. Cualquier signo de actividad volcánica podría ser comprobado después por la Venus Express, que tiene poderosos espectrómetros capaces de analizar la composición química de una determinada región.
JAXA espera que la misión también innove en el aspecto técnico. La vela Ikaros, de 14 metros cuadrados de poliamida se desplegará al comienzo de la misión Akatsuki. Un giro inicial hará que se extienda la vela, y luego seguirá girando, ya que será impulsada por el bombardeo constante de los fotones solares. La masa de los fotones que golpeen la vela en todo momento será de tan sólo 0,1 gramos. Si todo va bien, JAXA espera usar un sistema híbrido compuesto por una vela similar de 50 a 100 metros de ancho y un motor de propulsión iónico alimentado por células solares para navegar a Júpiter a finales de este decenio.
Fuente
El reencuentro con el olvidado y hostil Venus
Etiquetas: Akatsuki, JAXA, sonda, Venus, Venus Express
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