ESO acaba de presentar esta impactante nueva imagen de NGC 346, la zona de formación estelar más brillante de nuestra galaxia vecina, la Pequeña Nube de Magallanes, ubicada a unos 210 mil años-luz de distancia en dirección a la constelación del Tucán.
La luz, viento y calor producidos por estrellas masivas han dispersado el resplandeciente gas de este cúmulo estelar, formando alrededor una sutil estructura nebulosa que se asemeja a una tela de araña. NGC 346, al igual que otras llamativas escenas astronómicas, es un trabajo en progreso que cambia a medida que pasa el tiempo. Nuevas estrellas se formarán a partir de la materia repartida en el área, las que se irán encendiendo, dispersando así los restos de gas y polvo, y esculpiendo grandes ondas que irán alterando la 'cara' de este atractivo objeto.
NGC 346 abarca aproximadamente 200 años-luz de extensión, una zona que equivale a cincuenta veces la distancia entre el Sol y su vecino estelar más próximo. Los astrónomos clasifican NGC 346 como un cúmulo abierto de estrellas, indicando que toda esta manada de estrellas se formó a partir de la misma nube de materia que colapsó. La nebulosa asociada a este puñado de estrellas brillantes se conoce como una nebulosa de emisión, debido a que el gas en su interior ha sido calentado por las estrellas hasta comenzar a emitir su propia luz, así como se utiliza el gas de neón en las iluminaciones de algunas tiendas.
Muchas estrellas en NGC 346 son relativamente jóvenes a escala cósmica, con nacimientos que datan de hace sólo unos pocos millones de años. Los poderosos vientos expulsados por una estrella masiva son los responsables de esta última ronda de nacimiento estelar, debido a la compresión de grandes cantidades de materia, el primer paso clave para que una nueva estrella se encienda. Esta nube de material colapsa debido a su propia gravedad, hasta que algunas regiones se vuelven densas y lo suficientemente calientes para comenzar a rugir como una brillante caldera de fusión nuclear, es decir, una estrella iluminando los escombros residuales de gas y polvo. En regiones lo suficientemente densas como NGC 346, con altos niveles de recientes nacimientos estelares, el resultado es esta visón gloriosa captada por nuestros telescopios.
NGC 346 se encuentra en la Pequeña Nube de Magallanes, una galaxia enana ubicada a unos 210 mil años-luz de la Tierra, cercana a nuestra mucho más grande Vía Láctea. Al igual que su hermana, la Gran Nube de Magallanes, la Pequeña Nube de Magallanes es visible a simple vista desde el hemisferio sur y ha servido como laboratorio extragaláctico para que los astrónomos estudien la dinámica que rige la formación estelar.
Esta imagen específica fue obtenida usando el instrumento Wide Field Imager (WFI), instalado en el telescopio de 2,2 metros de MPG/ESO en el Observatorio La Silla, en Chile. Imágenes como éstas ayudan a los astrónomos a documentar el nacimiento y la evolución de las estrellas, al mismo tiempo que ofrecen destellos sobre cómo el desarrollo estelar influye en la apariencia del ambiente cósmico a lo largo del tiempo.
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