Recuperar la noche para la ciencia y las estrellas

Recuperar la noche para la ciencia, en concreto para la astronomía, y para el turismo es uno de los objetivos de la Certificación Starlight, un nuevo sello de calidad turística que pretende, además, denunciar el derroche energético y que podrían conseguir lugares como Fuerteventura, Doñana y La Palma.


Esta iniciativa de la Fundación Starlight, apoyada por la Unesco y por la Organización Mundial del Turismo (OMT), ha sido presentada el pasado martes en Madrid y entre los primeros lugares que podrían optar a ella están, además de los tres destinos en España, el lago Tekapo (Nueva Zelanda), Mauna Kea (Hawai), Baja California (México), Isla de Pascua (Chile), Costiera Amalfitana (Italia) y enclaves de Namibia.

Los impulsores de esta iniciativa han denunciado que la capacidad de disfrutar de los cielos estrellados ha ido mermándose -en las grandes ciudades es casi imposible observarlos-, sobretodo por la contaminación lumínica y el derroche energético, por lo que los "destinos starlight" serán, asimismo, "ejemplos de gestión inteligente de la iluminación".

El objetivo principal de este sello es fomentar, en todo el planeta, la mejora de la calidad de las experiencias turísticas y la protección de los cielos nocturnos, así como la práctica de actividades turísticas basadas en ese recurso, como el conocimiento de valores científicos, culturales, naturales y paisajísticos.

En este sentido, Cipriano Marín, coordinador de esta iniciativa, ha recordado que entre un 20 y 25% del patrimonio mundial visitable por turistas está relacionado con la observación de las estrellas, como la ciudadela inca de Machu Pichu, en Perú.

Esta certificación, cuyos primeros candidatos la obtendrán en 2010, puede ser solicitada por instituciones, asociaciones y entidades, públicas o privadas, que, entre otros objetivos, quieran acercar la ciencia a los ciudadanos y contribuir a luchar contra el cambio climático, en beneficio de la sociedad civil y el turismo.

Eduardo Fayos-Solá, representante regional para Europa de la OMT, ha valorado el potencial de algunos lugares españoles, como las Islas Canarias, para la puesta en práctica de este turismo 'inteligente' y sostenible, y ha reivindicado que es momento de hacer realidad el "binomio turismo-ciencia".

Por su parte, Francisco Sánchez, director del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), ha señalado la necesidad de proteger el cielo, pero también de disfrutarlo, y ha agregado que "ya se ha demostrado que la ciencia es un reclamo turístico importante", mientras que Antonio Gallardo, de Fuerteventura Reserva de la Biosfera, ha destacado el turismo como herramienta de conservación.

Todos han coincidido en resaltar que para recibir la Certificación Starlight debe haber "entusiasmo colectivo".

"Salvar las estrellas significa también ahorrar energía", un ejemplo "más allá de las débiles decisiones tomadas en la cumbre del clima de Copenhague", según los impulsores de esta iniciativa.

Este sello permite "por primera vez aunar la ciencia y el turismo", han concluido sus promotores, quienes han mostrado su convencimiento de que hay público, profesional, semiprofesional y no profesional, interesado en observar las estrellas y en aprender la relación de éstas y del firmamento con las distintas culturas.

La certificación, para la que los candidatos tendrán que pagar los costes de la auditoría en el proceso de selección, se enmarca en un conjunto más amplio de actuaciones que realiza la Iniciativa Starlight, impulsada por el IAC en 2007 y coordinada por la Fundación, que apuesta por el derecho a observar las estrellas.

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